El Gobierno de Aragón ha comenzado los trámites para llevar a cabo una "gran remodelación" del Palacio de los Condes de Morata de Zaragoza, Bien de Interés Cultural y sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón y de la Fiscalía, situado en el Coso I. El edificio, recordaron fuentes del Ejecutivo en una nota, fue objeto de numerosas intervenciones y transformaciones arquitectónicas durante su historia y ahora se enfrenta a una nueva remodelación que hará que este inmueble "se adecúe a las prestaciones que ha de tener un equipamiento judicial del siglo XXI".

Para la directora de Administración de Justicia, Tomasa Hernández, las instalaciones "han quedado obsoletas" y por eso es necesaria su modernización y optimizar el espacio para que la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (con tres salas: civil y penal; contencioso-administrativa; y social) y la Fiscalía sea adecuada a su uso público. La DGA va a adjudicar la redacción de un plan director que tendrá en cuenta las excepcionales circunstancias histórico-artísticas del edificio y contar con la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural.

El plan establecerá un marco estratégico y normativo para las intervenciones e incluirá un estudio minucioso y completo de los aspectos documentales, históricos, artísticos, constructivos y funcionales del edificio, cuya superficie es de casi 6.600 metros cuadrados. Hernández destacó que con la adjudicación del plan director el Gobierno de Aragón demuestra su "firme compromiso" de hacer que la administración de justicia "tenga unas sedes actuales y funcionales".

En el Palacio de los Condes de Morata trabajan actualmente 95 profesionales de justicia, incluidos 18 magistrados, 11 fiscales y un secretario de Gobierno, que se enfrentan a algunos "problemas de espacio" que ahora se van a solucionar. El edificio que alberga el Tribunal Superior de Justicia de Aragón es Monumento Nacional desde 1931, Bien de Interés Cultural y uno de los ejemplos más bellos y grandiosos de la arquitectura civil aragonesa del siglo XVI, se recordó desde el ejecutivo autónomo.