El zaragozano barrio de El Gancho se movilizó el pasado 29 de junio por una causa justa. Convocados por Stop Desahucios, numerosos vecinos se congregaron en torno a la parroquia de San Pablo para exigir al Sareb, la entidad público-privada más conocida como banco malo, que asuma sus responsabilidades con las cuatro familias que estuvieron a punto de ser expulsadas de sus viviendas de alquiler en el número 41 de la popular calle Cerezo.

"Lo que la gente del barrio exige es que el Sareb asuma, como es de ley, el mantenimiento del edificio, pues, si no es así, se degradará tanto que se hará inhabitable", manifestó Pablo Híjar, del colectivo Stop Desahucios, que evitó que cuatro familias en riesgo de exclusión se queden en la calle. "Para ello es fundamental aplicar un alquiler social, pues es un caso especial", añadió.

"Si el banco malo no corre con la conservación de un edificio que le pertenece, todo el barrio de San Pablo sale perdiendo, además de la entidad, pues la convivencia se degrada y los pisos acaban abandonados", señaló, por su parte, Raquel de la Riva, de Stop Desahucios. El edificio situado en la calle Cerezo 41, que fue construido en el año 2006, tiene una triste historia. El promotor hizo quiebra y pasó a ser de Caja España, para finalmente acabar en manos del Sareb.

OCHO FAMILIAS

"El resultado es un embrollo legal que hace que, en ocasiones, los alquileres no se pague porque los inquilinos nos perdemos en el papeleo y no sabemos ni siquiera a quién tenemos que pagar", relató Javier Acerete, uno de los residentes del edificio.

Ante este estado de cosas, han sido las ocho familias que viven en la actualidad en el bloque las que corren a cargo, con su bolsillo, de las reparaciones que requiere la finca, desde el tejado a los sótanos, que se inundaron no hace mucho, pasando por la puerta, que hubo que cambiar para evitar la entrada de intrusos.