Urbanismo ha sacado del cajón el proyecto para dotar de usos la Imprenta Blasco, uno de los edificios municipales vacíos que forma parte del listado de agujeros negros urbanos en Zaragoza. En poco más de un mes está previsto que se concluyan los pliegos para realizar una reforma integral del inmueble con el objetivo preferente de realizar viviendas para jóvenes o una residencia de estudiantes. El edificio podría albergar a alrededor de 80 estudiantes y la empresa que realice la reforma y que gestione el dispositivo tendrá que invertir al menos 3 millones de euros en su rehabilitación.

Porque este será el formato escogido para los pliegos. Inicialmente, Urbanismo se planteó dos hipótesis de trabajo: la primera, redactar un pliego para realizar un proyecto de reforma y luego sacarlo a concesión, una opción que se desechó porque no ha tenido buenos resultados. Y la segunda y definitiva, confeccionar un pliego para sacar a licitación un proyecto y también la gestión posterior, acotando que los usos preferibles son vivienda para los jóvenes, principalmente estudiantes, con el objetivo de mitigar el envejecimiento que sufre el Casco Histórico.

GESTIÓN

"Queremos que el pliego no solo apunte a un proceso preciosista, sino que el que lo elabore se comprometa también a su gestión", detalló el teniente de alcalde de Urbanismo del ayuntamiento, Carlos Pérez Anadón, en la comisión de su área, donde anunció la resurrección de los planes para este edificio.

Aunque todavía no se han terminado de redactar estos pliegos, desde el área de Urbanismo aseguran que, teniendo en cuenta la superficie del inmueble, de unos 2.500 metros cuadrados, sería precisa una inversión de unos 3 millones de euros, IVA incluido. Una vez que se tenga el pliego técnico se decidirán los años de concesión. Tampoco está definido el número de viviendas que podría albergar, aunque el consistorio parte de la base de crear unidades de 38 metros cuadrados. Es decir, que la capacidad de la futura residencia oscilaría entre los 70 u 80 estudiantes. En realidad será decisión del inversor, que puede apostar por otro modelo constructivo.

La rehabilitación y construcción de una residencia de estudiantes podría ser compatible también con la creación del Museo de la Imprenta, que aprovecharía el material ya existente en el edificio y que fue uno de los planes que sobrevuelan al edificio desde hace años.

Porque la historia de la rehabilitación de la Imprenta Blasco, ubicada en la calle Ecce Homo, lleva coleando desde que el consistorio comprase el inmueble en el año 2002, cuando era alcalde el popular José Atarés. La adquisición se realizó gracias a una permuta de suelo por 2,2 millones de euros, incluido el equipamiento: 18 máquinas de los siglos XVIII y XIX, cuatro prensas y seis chivaletes.

Desde entonces, e incluso aunque se llegó a redactar un proyecto, solo se han realizado apaños para mitigar el paso del tiempo y el deterioro de las instalaciones. El inmueble contiene piezas de gran interés como el mostrador de atención al público, maquinaria de impresión o las cizallas manuales.