El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó en su último pleno de enero la ordenanza municipal que regula las sanciones por actos vandálicos. Ahora, cualquier acto incívico será sancionado con 50 euros como mínimo. Ya sea por pegar carteles en una marquesina o por pintar en las fachadas.

Con la nueva norma se deroga definitivamente la protección del espacio urbano, la conocida Ordenanza del botellón, y se consiguen armonizar los procedimientos sancionadores que afectan a la limpieza pública, la recogida y el tratamiento de residuos sólidos, las zonas verdes y las actividades publicitarias en el ámbito urbano.

Las multas se subdividen en tres grupos -leves, graves y muy graves--. Solamente aquellos actos vandálicos contra inmuebles o monumentos declarados Bien de Interés Cultural tendrán un gravamen máximo de 1.500 euros. Cantidades que pueden reducirse a la mitad por pronto pago o, incluso, algunas ser sustituidas por trabajos sociales para la comunidad.