La primavera se asomó en el barrio de San José antes que en ningún otro lugar. Con un festival dedicado a las mujeres y a las madres. La asociación rumana Acasa celebró en el Teodoro Sánchez Punter una de las tradiciones más arraigadas en su país, el Martisor, una fiesta de gratitud y homenaje a la mujer, pero también de bienvenida a la nueva estación. Porque en Rumanía el 1 de marzo comienza la primavera.

Los niños ofrecieron a sus madres y abuelas un Martisor que habían elaborado en los talleres de la asociación, "como aprecio y cariño", comentó Issabela Prusac, vicepresidenta de Acasa, deseando a su portadora una "primavera soleada y llena de alegrías". El festival comenzó con una serie de poemas y canciones dedicadas a las madres, y dos obras de teatro, una a cargo de un grupo infantil que puso en escena Five o'clock (El té de las cinco) de Caragiale, y otro de adultos que representó Titanic vals (El vals del Titanic) de Musatescu. Luego le siguieron diferentes bailes típicos rumanos coordinados por Alexandru Dragomir y un miniconcierto del violinista Ionut Cosmin Brie. El teatro y los poemas se realizaron en rumano, y las presentaciones en castellano.

El Martisor es un pequeño amuleto, atado con un cordón trenzado de dos colores, rojo y blanco, que se regala a las mujeres el día 1 de marzo y simboliza la llegada de la primavera. "Representa la alegría de vivir y amar. Las mujeres reciben regalos y objetos decorativos como el Martisor, pero también flores de la primavera temprana, siendo la más representativa el Galanto o la "campanilla de invierno", que puede crecer aún cuando queda algo de nieve en el suelo. "Es como si la mujer recibiese el regalo de un rayo de sol".

"Esta fiesta sirvió para reconocer y agradecer el papel que representan las madres y las mujeres. En una sociedad matriarcal como la rumana la toma de las decisiones más importantes, como criar y educar a los hijos y realizar el trabajo doméstico, corresponde a la mujer", reconoce.

Presidida por Gabriela Marginean, la asociación Acasa se creó en el año 2008 y está integrada por unas 100 familias que viven mayoritariamente en los barrios de San José, Torrero y Las Fuentes. "Nuestro objetivo es transmitir las costumbres y las tradiciones, dar a conocer su significado, y perpetuarlas". Con esa intención, Acasa decidió celebrar el día de la madre y de la mujer, como en Rumanía. "Gracias al Martisor y al 8 de marzo, las mujeres tienen una semana dedicada a ellas", indica Issabela Prusac.