El distrito de San José se atrevió a dar el primer paso para convertirse en un barrio slow (lento). La plaza Mayor acogió distintas actividades el pasado 20 de septiembre dirigidas a dar a conocer este movimiento que busca, a modo de síntesis, "fomentar la convivencia, pacificar el tráfico y ganar más espacio para peatones y bicis, recuperar solares abandonados y llevar una alimentación saludable", señaló Sira Nogueras, coordinadora del primer encuentro Barrio Slow.

Esta jornada divulgativa pretendía ser un laboratorio de ideas donde técnicos, profesionales y defensores explicaran los beneficios que tiene el movimiento slow en la vida diaria de las personas. "Ahora que se están lanzando diferentes ideas de cómo construir un barrio necesitábamos una filosofía, un concepto integral, capaz de aunar lo personal, lo social y lo colectivo. El reto es crear un grupo de trabajo para construir un barrio slow en San José", apuntó Pablo Muñoz, presidente de la Junta de Distrito.

La jornada comenzó con una serie de ponencias por parte del concejal de IU, Pablo Muñoz; el presidente de Slow Food Zaragoza, Jorge Hernández; la técnica superior en la Unidad de Tecnología Vegetal de la DGA, Amparo Llamazares; la psicóloga y colaboradora de la Fundación Mindfullness, Maite Navarro; y la presidenta de Pedalea, Isabel Guedea.

San José albergó además otras actividades, como fueron un taller de taichí, degustación de migas, una carrera de bici lenta, lectura del libro haiku y la actuación de Resonando. "Los participantes se marcharon muy satisfechos no solo por las propuestas realizadas sino también por la difusión que se hizo del movimiento slow y la apuesta porque San José tome ese camino", comentó Nogueras.

Después de sentar las bases, los organizadores desean que aquellos que no pudieron asistir al encuentro y estén interesados en llevar "una vida no sujeta al reloj y alimentarse de forma sana", lo pueda hacer en facebook: sanjose slow y feeding zgz. Para los meses de invierno prometen más actividades.

Slow Food nació en Italia en 1986 y ya está presente en más de 150 países. Hace más de una década, Zaragoza fue la primera ciudad española, junto a San Sebastián, que defendió y apostó por el consumo responsable y los alimentos de calidad de la mano de Slow Food Zaragoza.