Un oportuno alarde editorial de Siruela, orquestado por el traductor y autor Mauro Armiño, pone en nuestras manos un volumen ciertamente atractivo: El más bello amor.

Se trata de una antología de novelas y relatos de tema amoroso, que incluye un catálogo ciertamente sugestivo: La muchacha de los ojos de oro, de Honoré de Balzac; La muerta enamorada, de Théophile Gautier; Ligeia de Edgar Allan Poe; La Fanfarlo, de Charles Baudelaire; El más bello amor de Don Juan, de Jules Barbey d’Aureville; Vera, de Auguste Villiers de L’Isle-Adam; Por una noche de amor, de Emile Zola; Minué, de Guy de Maupassant; La confesión de una joven, de Marcel Proust; Del amor, de Anton Chèjov, y La dama del perrito, del mismo autor.

En La muchacha de los ojos de oro encontramos al gran Balzac, capaz de sobrevolar París a ojos de pájaro, de proporcionarnos una panorámica amplia de sus clases sociales, oficios, generaciones y, al mismo tiempo, de descender al fondo del corazón humano, individuo por individuo, asombrándonos con su capacidad psicológica y su habilidad descriptiva, en una pintura siempre viva y dinámica. Veamos, por ejemplo, cómo describe Balzac el estrés, el esplín de París, la sensación, tan moderna, de dispersión en el protocolo social: Obligados a hablar sin cesar, todos sustituyen la idea por la palabra, el sentimiento por la frase, y su alma se vuelve una laringe. Ni el gran negociante ni el juez conservan su sentido recto... Arrastrados por su existencia torrencial, no son esposos ni padres ni amantes; se deslizan en trineo sobre las cosas de la vida y viven en todo momento apremiados por los asuntos de la gran ciudad.

En La muerta enamorada, Gautier muestra sin ambages lo mejor de su talento. Es un relato estremecedor, a medio camino entre lo sobrenatural, el terror, y asimismo un fondo de historia de amor. El protagonista es un sacerdote que ha tenido la desdicha de enamorarse de una cortesana. El diablo elevará la tentación al terreno de lo obsesivo y entre ambos surgirá un amor dantesco, a ratos sublime, a ratos demoníaco. Romanticismo e imaginación en estado puro.

¿Y qué decir de Edgar Allan Poe? Nada que pueda añadirse ya sobre uno de los grandes genios de la literatura universal podría engrandecer su figura en mayor medida que la lectura de la obra que le ha sobrevivido. Entre sus magistrales piezas destaca esta Ligeia incluida en la antología de Mauro Armiño. Ya la evocación de la fantástica mujer que da título al relato es pura literatura. Al narrador le obsesionan los ojos de Ligeia: Eran, yo creo, más grandes que los ojos corrientes de nuestra raza. Estaban más llenos incluso que los ojos de las gacelas del valle de Nurhajad. Pero era solo a ratos, en momentos de intensa excitación, cuando esa particularidad se volvía más impresionante en Ligeia...

Edgar Allan Poe y Anton Chéjov son los únicos autores no franceses de la antología, quizá porque, dicen, el francés es el lenguaje del amor. En cualquier caso, un volumen para disfrutar o volver a gozar con algunas de las historias amorosas más sutiles, gloriosas, trágicas, maravillosas...

Título: ‘El más bello amor’

Autor: Varios. Antología de Mauro Armiño

Editorial: Siruela