Todo empezó con una llamada de Daniel Viñuales, editor de GP, y ahí empezó a andar el proyecto: «No conocía la novela así que me puse a leerla en catalán nada más llegar a casa pero enseguida vi que necesitaba hacerlo en castellano porque es tan rica que no me estaba enterando... Me enganchó, me enamoró y vi que era un reflejo muy verídico de la España del siglo XX en una localidad muy concreta como Mequinenza». Desde entonces, el andorrano Roberto Morote lleva trabajando en la adaptación al cómic de Camí de sirga, la gran obra de Jesús Moncada, que verá la luz en las tres lenguas de Aragón (castellano, catalán y aragonés) próximamente de la mano de GP_Ediciones, Trilita y Gara d’Edizions, respectivamente.

«Por un lado, vi que Jesús Moncada hace un trabajo de descripción tanto de personajes como de ambientes muy bueno. Hoy en día que tenemos tanta cultura visual, de la manera que están descritos los paisajes y los personajes, es fácil imaginarte el carácter, cómo andaban, cómo es su vida… Por ese lado veía fácil la adaptación pero, por otro, la estructura de la propia novela me generaba muchas dudas. Y es, al final, lo que más tiempo me ha llevado, más que el diseño de los personajes y escenas. Le di muchas vueltas a cómo voy a contarlo porque en la novela hay muchos saltos temporales, muchas localizaciones y tenía que ir recortando y comprimiendo para que entrara todo en un cómic de 160 páginas», señala Morote que confiesa que desde hace meses le dedica «prácticamente todo el día al cómic».

Durante este proceso de adaptación de la novela, la casualidad quiso, además, que el andorrano residiera el curso pasado en Mequinenza: «Mi pareja es profesora y la destinaron allí. Vivir en el lugar me ayudó mucho a hacer trabajo de campo y de investigación, pude hablar con la gente y ambientarme de cómo era toda aquella vida que contaba Jesús Moncada en Camí de sirga», confiesa.

Allí pudo hablar «con gente que aún había vivido en el poble vell y que me contaba lo poco que se acordaban de cómo fue ese traslado pero también pude estar con la gente más mayor que recordaban cómo era el día a día, la vida en las calles,... Además, conocí la particularidad de Mequinenza que estaba enfocada hacia el Ebro, que era la vía del pueblo con el transporte del carbón y la minería. Evidentemente, oír todo esto y ver las caras de los testigos más directos te transmite muchas más emociones que si solo lo lees», recuerda Morote.

Saber si a Moncada le gustaría esta adaptación es ciencia ficción pero Morote ha ido enseñando su trabajo a sus amigos y hermana: «Después de cada capítulo que acabo les pregunto si es lo que realmente le gustaría a Jesús. Al final, creo que, según me han contado, me dejaría hacer, ser autor, que yo mismo interpretara su texto y que utilizara mi punto de vista, que es lo que estoy haciendo», afirma el autor, que ve «muy lógico que un proyecto con esta obra se edite en las tres lenguas aragonesas. Estoy muy orgulloso en este sentido», concluye.