El refugio de los canallas es una novela que habla sobre ETA, el GAL y «los padres que infundieron el odio en los hijos, lo cual los llevó a la destrucción», según la define su autor, el bilbaíno Juan Bas, que esta semana la presentó en la Fnac de Zaragoza. Y todo ello contado con «saltos» de tiempo porque le parece «que era la manera poliédrica de contar la historia» para que se vea «lo que han sido, lo que son en el presente literario y lo que serán» cada uno de los personajes. Con ella ganó el premio Hammett de la Semana Negra de Gijón y por ella se le ha reconocido en la actual edición del Festival Aragón Negro (FAN), que es para Bas, junto al de Gijón y a BCN Negra, uno «de los tres mejores festivales de género negro». «Estoy encantado», reconoció.

Bas es un habitual del género negro, aunque siempre de una forma un poco «híbrida, esperpéntica» con un toque «muy humorístico, muy ácido», aunque no en esta ocasión por el «tema». Se trata de una «novela muy desoladora y desolada, pero creo que es como hay que contarla», reconoce. También había escrito artículos «beligerantes» contra ETA como columnista de opinión en El Correo y contra su brazo político; e incluso en el 2002 firmó una novela, Alacranes en su tinta desde «ese punto de vista satírico», ya que era un «esperpento» contra la banda.

En este sentido, asegura que le hacía falta «perspectiva, distancia una vez desaparecido el bicho, nunca mejor dicho, porque su símbolo era la serpiente y el hacha; me hacía falta un después de ETA y no porque ahora sea seguro escribir sobre ella, porque ya lo había hecho, pero sí con distancia para quitarme este terrible tema de encima».

SIN VENGANCA

Tiene claro que era una necesidad personal porque tiene 59 años y «he vivido la mayor parte de mi vida en Bilbao y he sufrido mucho a ETA, el miedo y la extorsión que practicaban; he perdido amigos», sin embargo, afirma que El refugio de los canallas «no es un ajuste de cuentas ni una venganza literaria». También cree que es «mi mejor novela, o por lo menos la menos mala, y los reconocimientos me avalan».

En este trabajo Juan Bas se basa en hechos reales y personas reales. «Desde la ficción cuento la verdad. Hay que poner nombres, que están claros, para que no quede una versión... si fue una guerra como ellos defienden sí que hubo vencidos y no fueron ellos», señala, para después afirmar: «Que quede clara la verdad histórica, que no hay manipulación ni olvido».

Cree también que «las heridas no están abiertas, pero las generaciones que hemos tenido que ver con ello estamos demasiado contaminadas de uno y otro lado» frente a los más jóvenes, que lo ven con distancia, pero «deben saber que existió «aquella lacra tan despiadada que duró tantos años y por la que tanta gente fue asesinada y extorsionada. En su caso no será memoria sino conocimiento».

Al preguntarle dónde está ahora El refugio de los canallas, recuerda el origen del título, la frase de Samuel Johnson que dice que «el patriotismo es el refugio de los canallas» y en este caso «hay un buen surtido de canallas». Sí que precisa que no todo «patriota es un canalla, sino que cuando no tiene otro refugio lo hace en el patriotismo y «enarbolar nacionalismos nunca ha sido bueno», señana. «Hay que pensar en un estado de derecho y en los derechos de los ciudadanos, en una visión internacional y en la justicia social en la vida», concluye el escritor.