Con un tercera persona falsa como si una primerísima persona amarrada a la mente de un escritor que ha dejado de serlo un 'excritor'- enarbolara una máxima irreductible, a saber, la autobiografía no debe ser ficción, sino que toda ficción es autobiografía, Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) cierra un arco dramático pantagruélico (2001 páginas en total, guiño a Stanley Kubrick, claro) que ha pasado revista a las tres potencias que cualquier escritor que se precie pone en solfa: la imaginación (fantaseada en 'La parte inventada', 2014), los sueños (cifrados en 'La parte soñada', 2017) y los recuerdos (contados ahora en 'La parte recordada'). O lo que es lo mismo: "Sueño + Recuerdo = Invención.

Esta última parte erige un monolito de miles de preguntas que no tendrán respuesta, otra trama sin novela en una suerte de enigmas acerca de la realidad que al no resolverse nunca del todo- ingresan casi

sin darse cuenta en el territorio de lo mítico y que se configuran en la mente de ese 'excritor' convertido para siempre en 'lecscritor', más un lector que escribe que un escritor que lee configurando de este modo el mapa de una mente bicameral, laberíntica, elíptica, epifánica, digresiva y obsesionada por los Beatles, por Las variaciones Goldberg de Glenn Gould, por 'Wish you were here' de Pink Floyd, por '2001: Una odisea del espacio' de Kubrick, por 'Habla, Memoria', 'Pálido fuego' y 'Ada o el ardor' de Nabokov, por 'En busca del tiempo perdido' de Proust y 'Cumbres borrascosas' de la Brontë, por Matadero Cinco de Vonnegut y por Suave es la noche de Fitzgerald y por un país argentino imaginario e imaginado y soñado y tantas veces recordado y las Canciones Tristes que todos sus lectores estábamos esperando. O sea: 'the Fresán variations' tocando todas las teclas de un pianoforte marcando el paso de una inolvidable paternidad con la que se cerrará el libro.

LO QUE LEE PENÉLOPE

Un libro que contiene los fragmentos, los collages, los desiertos, los vientos, los aeropuertos, los aviones, los hoteles, los teléfonos, los libros, los muertos, los fantasmas, todo lo anterior. Otra vez un libro convertido en cientos de novelas que más que contar descontaban Novelas fragmentarias, elásticas, atómicas, mixtas como bestias de bestiario, episódicas. Un libro que trata de enumerar una historia personal pasando revista a todo lo que ha escrito Fresán hasta hoy. Y no renunciar a nada para que todo quepa. Una poética que añade y añade y añade hasta colmar todo el horror vacui que asola a tantos escritores y que a Fresán le sirve para ir rellenando todos los espacios vacíos con los recuerdos inventados, imaginados y soñados, para conseguir que todo se llenase de ese vacío. Un libro para Penélope esperando escribir una trama imposible y que sostiene un deseo chino: como Matteo Ricci construir no el cono imposible, como quería el Roithamer de Bernhard, sino el palacio de la memoria como si fuera una estructura mental atravesando una membrana, rumbo a otro mundo secreto y lejano. Bestial.

  • La parte recordadaRodrigo Fresán
  • Literatura Random House
  • 768 páginas
  • 23,90 euros