En una pequeña localidad del Pirineo oscense, rodeada de un paisaje de esos que hace envidiar a los que lo han conocido desde su nacimiento, los Titiriteros de Binéfar se fijaron para iniciar un proyecto cultural tan singular como atractivo, La casa de los títeres. Lo que empezó con la compra de una casa (en ruinas) y su rehabilitación fue ampliándose y hoy en día la compañía cuenta con cuatro casas rehabilitadas. Y desde ahí pregonan al mundo el arte de los títeres, esa disciplina única que atrapa tanto a pequeños como a mayores con el juego de la verdad ficcionada.

Ahora desde allí acaba de publicarse Sandro, el avión de La casa de los títeres. Una historial real, editado por los propios Titiriteros de Binéfar, que cuenta con los dibujos siempre certeros de Antonio Santos. En este pequeño cuento, Paco Paricio traslada su maestría con los títeres sobre la barraca al papel para sintetizar en apenas unas páginas una bella historia que implica a sus nietos.

No son necesarias muchas palabras (para eso, ayudan mucho los dibujos de Antonio Santos) para que la historia se desarrolle y vuele sola en un alegato directo al respeto de la naturaleza y de los habitantes de los lugares a donde se llega sin dejar de lado el mensaje de que vivir en armonía no debería ser la excepción sino la norma.

Todo en un relato real en cuyas páginas aparecen reflejados los dos fundadores de la compañía, Paco Paricio y Pilar Amorós, y que, como decíamos, encierra su esencia en un frasco pequeño. Solo hay que hacer una advertencia antes de adentrarse en ese pequeño y mágico universo que se relata en el cuento: una vez que se lea este libro, la visita a Abizanda será una obligación. Aunque, créanme, La casa de los títeres merece mucho la pena

‘SANDRO, EL AVIÓN DE LA CASA DE LOS TÍTERES’

Antonio Santos y Paco Paricio

Titiriteros de Binéfar