Las decisiones de las grandes multinacionales que un día pusieron sus ojos en Aragón han cambiado no solo la economía regional sino también su rumbo. General Motors llegó a Figueruelas hace ahora 37 años y hoy se puede afirmar que la decisión tomada en un despacho de Detroit cambió la cultura industrial de la comunidad, elevó su competitividad y dinamizó la internacionalización de las empresas locales. Lo mismo ocurrió con el aterrizaje de Inditex en el 2013. La apuesta por Plaza de la compañía de Amancio Ortega abrió de par en par las puertas de la logística a Aragón, dio a conocer el enorme potencial de este territorio a la hora de distribuir mercancías por todo el mundo y convirtió, por fin, la situación geoestratégica en uno de los mejores avales de futuro de esta tierra.

Son dos ejemplos que confirman que para valorar en la justa medida un hito en la historia de un pueblo es necesario dejar pasar el tiempo y comprobar cómo lo que un día fue un simple anuncio se ha convertido en toda una revolución. La decisión de Amazon de instalar tres centros de datos en Aragón (Huesca, Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro), no solo comportarán una inversión de 2.500 millones de euros y la creación de 1.500 empleos de alta cualificación, sino que será otro de esos hitos que inyectan adrenalina a la economía aragonesa.

A la vanguardia

Esta fuerte apuesta de la compañía de Jeff Bezos permitirá a a la comunidad situarse a la vanguardia de la digitalización, de las tecnologías de la comunicación y quién sabe de qué más. Aún es pronto para valorar el impacto de Amazon, pero de lo que casi nadie duda es de que la instalación de Amazon Web Services (AWS) convertirá a Huesca, Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro en el germen de la atracción de talento a Aragón. Y eso es un intangible impagable.

Por tanto, la obligación de la administración, pero también de las empresas aragonesas es aprovechar esta oportunidad de oro y hacer que ese salto cualitativo se produzca en condiciones óptimas, facilitando las infraestructuras necesarias y elevando la inversión en formación notablemente, de forma que haya suficiente cantera de profesionales tecnológicos para atraer nuevas compañías del sector. Eso sí, habrá que hacer un esfuerzo para que estos trabajadores estén reconocidos y bien remunerados, algo que aún parece una quimera.

Seattle, sede de una de las oficinas centrales de Amazon es un ejemplo de la capacidad de una multinacional de transformar una ciudad. Allí se han creado alrededor de 100.000 empleos desde al año 2000 y el 90% del millón de empleos relacionados con el sector están cerca del campus de este gigante. Hoy, Seattle es la segunda ciudad de Estados Unidos con mejores sueldos en tecnología. Obviamente, no será el caso de Aragón, pero la llegada de Amazon contribuirá decisivamente a que la comunidad transforme su realidad.

Repartir la riqueza

El sector del automóvil, la logística y las nuevas tecnologías serán, por tanto, referentes indiscutibles de Aragón durante los próximos años. Porque está en camino el coche eléctrico y la conducción autónoma. Porque la distribución eficiente se ha convertido en la mejor forma de que las empresas ganen competitividad en una economía globalizada y porque la digitalización será uno de los ejes vitales sobre los que pivotará la economía en las próximas décadas. Hay otros dos pilares que serán decisivos para la economía aragonesa: la agroalimentación, a través de la venta de productos a terceros países (principalmente a Asia) y la revolución verde gracias al impulso de las energías renovables en Aragón (sobre todo en Teruel).

Audacia y rigor

Y en toda esta ilusionante ecuación habrá que ser audaz y riguroso a la hora de gestionar este caudal de oportunidades, de forma que la riqueza se extienda poco a poco al conjunto del territorio aragonés. Hoy los proveedores del automóvil llegan a las tres provincias aragonesas y lo mismo sucede con las plataformas logísticas que se reparten por todo el territorio. No hay duda de que la decisión de una multinacional puede suponer un antes y un después en la economía de una región, pero lo diferencial es conocer los motivos que han llevado a esas compañías a apostar por Aragón. Y en los casos General Motors, Inditex y Amazon existe un denominador común, una situación geográfica envidiable con el 70% de la riqueza de España en un radio de solo 300 kilómetros a la redonda. Un círculo imaginario bajo el que se encuentran ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, y en el que operan las principales compañías del país.

La tarjeta de presentación de Aragón no puede ser mejor. Y eso lo saben cada vez más gobiernos, instituciones, multinacionales, países y empresas. Ahora solo falta gestionar bien ese activo y esperar.