«La luz del sol sigue a la noche», nos dice Ben Watt en Storm Damage (Caroline / Music As Usual), su reciente y nuevo disco en solitario, agarrándose a la esperanza y al optimismo en una obra confesional y no excesivamente amable. Watt ha armado el álbum con contrabajo, piano vertical, sintetizadores analógicos, percusiones y música de librería, a la búsqueda de un sonido diferente del habitual. Él sostiene que estamos ante una propuesta retrofuturista; puede llamarla como quiera, a fin de cuentas lo que importa es su intensidad y calado, dos cualidades presentes en Storm Damage.

El amor y lo sagrado recorren como un río serpenteante las canciones de Al Andalus S. XXI (Satélite K), la obra de Pedro Burruezo & Nur Camerata. Curtido en las costuras de la búsqueda artística con formaciones como Claustrofobia y Bohemia Camerata, Burruezo se inspira ahora en la música de Al Andalus para construir gozoso artefacto sonoro. Los sonidos del Magreb y del Mashreq se enredan con el flamenco y otras pulsaciones en un trabajo atravesado por la pasión y por la convicción de que las músicas que propone están relacionadas entre sí y de que la tradición puede dar forma a un vigoroso presente.

Creado en Bristol en 1977, The Pop Group estiró las fronteras del post-punk hasta límites perturbadores, elaborando cruces musicales que, a la vez que bebían de ilustres formaciones setenteras, abrieron caminos como el movimiento No Wave con una macedonia de free jazz, punk, dub y vanguardia. Ahora se publica la llamada edidión definitiva de Y (Mute / Pias), el que fue su primer disco (1979). El original remasterizado, un directo con esas canciones, algunos sencillos y una serie de remezclas y descartes agrupadas con el título de Alien Blood conforman el paquete. Un explosivo sin fecha de caducidad.

Pep Shop Boys cierra con Hotspot (x2 / Everlasting) una trilogía producida por Stuar Price, que se inició con Electric (2013) y siguió con Super (2016). Y uno diría que Neil Tennant y Chris Lowe, aun dando muestras de que el mecanismo PSB sigue muy engrasado, pero que no hay duda de que en ocasione renquea. Hotspot no tiene el brillo cegador de otras apuestas del dúo, auque refulge en piezas como I don’t wanna y Monkey Business.

Este disco tiene truco, pues no se editará hasta primavera. Pero me resisto a no advertir de su existencia. Se trata del directo Jazzihf-Kinshasa. Hommage á Franco Luambo (One Drop), de Ray Lema, en el que el gran hechicero congoleño rinde tributo a uno de los padres de la rumba de su país (soukous). Músicos de diferentes nacionalidades acompañan a Lema en este tributo, un fascinante paseo orgánico por la música de Franco, con arreglos espléndidos y armonías latinas y de jazz.

Tras los pasos de esa Billie Holiday que fue Mariem Hassan, la saharaui residente en España Aziza Brahim presenta en Sahari (Glitterbeat) una colección de canciones comprometidas con su pueblo y con su tiempo. Tradiciones (instrumentales y vocales) se enredan con la contemporaneidad en una apuesta que captura la desolación pero no abdica de la confianza en el fururo. Aires subsaharianos, apuntes electrónicos y latidos reggae puntúan un álbum realmente hermoso.

Flor de Toloache es un combo femenino de mariachi, residente en Nueva York y dirigido por Mireya Ramos, mitad dominicana, mitad mexicana y criada en Puerto Rico. Indestructible (LLC), su álbum más reciente, compitió en la última edición de los Grammy y oferta desde cumbia a música de conjunto, desde rancheras a reggae, pasando por una versión de No Doubt. El resultado es elocuente y casi redondo.

Lo del grupo Ghost Number bien prodríamos denominarlo Babylon Donosti o, si lo prefieren, cabaret sauvage. Eso transmite Dirt & Other Spells, su autoeditado segundo disco, en el que vibrantes ritmos rotos y voz desgarrada nos pasean por el swing, el rock caribeño (cumbia, calipso…) La cosa está cercana al universo de un Willie DeVille con ganas de guerra. ¡Guau!

Cuando Gene Clark (The Byrds, The New Christy Ministrel) publicó No Other (4AD / Everlasting) en 1974, el personal se quedó frío y la crítica, caliente. Ahora se recupera esta joya engastada en materiales folk, country rock, psicodelia y soul. Incluso la portada, inspirada en el Hollywood de los años 20, es excelente.