El día que descubrí YouTube (tarde, puesto que soy un zote con los ordenadores) fui un tipo feliz. Volver de nuevo a mi infancia y a mi adolescencia, en un solo clic de ratón, es extraordinario. Me he centrado en las series de los 70 y 80, y lo he vuelto a pasar en grande con El increíble Hulk, Starsky y Hutch, El gran héroe americano, Autopista hacia el cielo… He ido más atrás en el tiempo y he descubierto y he disfrutado con Embrujada (aunque una cadena privada ya lo emitió a principios de los 90), Caravana, La dimensión desconocida o Rawhide.

La mayoría de estas series me siguen alucinando. Habrá quien les saqué muchos defectos. No seré yo. La transformación en el increíble Hulk y, sobre todo, su proceso de reconversión al doctor Banner; la comicidad de ciertos episodios de El superhéroe americano; el intimismo, casi lirismo, de las noches en la Caravana; la sorpresa y la genialidad de muchos capítulos de La dimensión desconocida… son muestra palmaria de una enorme y elegante capacidad creativa que no podía apoyarse en grandes recursos técnicos. Afortunadamente, esos mismos creadores, tampoco desaprovecharon su talento recurriendo a litros de sangre y escenas de sexo.

Lo que tengo muy claro es que, donde no puede haber debate acerca de su calidad, es en El gran circo de TVE, es decir, Los Payasos de la Tele o sea, Gabi, Fofó, Miliki, Fofito y Milikito. Imposible dudar de ellos. Les invito, queridos lectores, a que los recuperen. No, no para sus hijos. Para ustedes. Con sus ojos de adulto descubrirán la verdadera esencia de un grupo de locos que con su humor ágil, limpio e innovador, se colocaron a la altura de Los Hermanos Marx, Cantinflas o Chaplin. Con sus ojos de adulto pero con el corazón pegando saltos por la emoción, vean otra vez sus “aventuras”. Creo que les pueden invadir casi las mismas emociones que sentíamos cuando, tras los números musicales, anunciaban la “aventura”. Cuando ésta comience entenderemos que la jugada no era tan sencilla. Era un teatro con público infantil. El escenario de un circo. Gabi modulaba la voz constantemente. Subía o bajaba el tono. Su labor era la más difícil. Debía explicar a los niños de manera clara y concisa cómo se iban a desarrollar (o se iban desarrollando) los hechos. Fofó era el más listo (aunque demasiado serio). Fofito, dotado de una gran mímica, era el compañero inseparable de Miliki; fiel y travieso socio de mil chapuzas, disparates, desvaríos y… de los más hilarantes trabalenguas. Milikito empezó con un cencerro y afortunadamente lo abandonó, pues el tono agudo de su voz provocaba grandes carcajadas aunque dijera cosas serias.

Pero Miliki. ¡Mamma mia, qué fenómeno! Un genio absoluto. Repartía el juego mejor que Xavi e Iniesta juntos. No decía una palabra correcta, sacudía gorrazos a diestro y siniestro, hacía burla cuando le hablaban en tono pedante o resabiado, gesticulaba vigorosamente con sus manos, sonreía burlonamente, a veces se le escapaba la risa en plena actuación… y a sus compañeros también. Disfrutaban haciendo reír. Gracias.

No puedo terminar sin recordarles algunas de las palabras y expresiones del particular vocabulario de estos payasos inolvidables. Instaladas ya para siempre en nuestra memoria quedan: Pocholate (chocolate), coleóptero (helicóptero), señor nuez (señor juez), nervosio (nervioso), tengo los nervios nerviosos… Y quién no ha usado alguna vez su famosa tonadilla cada vez que iniciaban algún trabajo: nanoniano, nanaianooo

Añado a estas expresiones las últimas que les he oído tras el visionado de nuevas aventuras a través de YouTube. Las comparto con ustedes ya que creo que les harán sonreír tanto como a mí.

· Mal adecuado (maleducado)

· Hormiga (amiga)

· Mucho disgusto (mucho gusto)

· Calzadores (cazadores)

· Pistabola (pistola)

· Se me ha escurrido (se me ha ocurrido)

· Mayormudo (mayordomo)

· Telesforo (teléfono)

· Palabra de Leonor (palabra de honor)

· Barnizador con colesterol (bronceador con aerosol)

· La lombriz y el tractor (la actriz y el actor)

· Poseía (poesía)

· Hazme un farol (hazme un favor)

Miliki tiene que decir sobre un champú: ¡Quita el salitre, es delicioso!

Y las tres primeras veces dice:

· ¡Yo soy Miliki, el más hermoso!

· ¡Dígame un chiste, no sea patoso!

· ¡Es como un buitre, es asqueroso!