Tres esquimales de cabeza esférica en un quirófano blanco nuclear. Un pescado con ropas decimonónicas sobre un monociclo. Un enorme abrigo de cuyo cuello asoma un periscopio que se guarece con un paragüas. Este zoológico desfiló ante los ojos de un adolescente amante del arte y el rock, Sergio Sevilla, que en los años 90 encaraba la veintena. Las cubiertas de los discos de El Niño Gusano, la banda del indie español por excelencia de esa década, mostraban un desfile de criaturas híbridas, entre animal y objeto, propio del baúl de un surrealista. El maestro de ceremonias de este baile enloquecido es el minucioso dibujante, ilustrador y maquetista zaragozano Óscar Sanmartín Vargas. Este artista de lapicero fino y artes de lutier, ha diseñado carteles, portadas de discos y cubiertas de libros, y ha trabajado en la dirección de arte de largometrajes (El planeta hermético, película no realizada) y series de televisión (Águila Roja), así como en el diseño de escenografías para teatro. Sus maquetas y dioramas son quizá la parte más personal de su trabajo. Sus obras Leyendario, criaturas de agua (2007, Tropo ediciones) y Guía de hoteles inventados (2016, La pajarita roja), escritos por Óscar Sipán, han sido premiadas.

Cráneo rasurado, camisa en la que nadan una manada de bogavantes y tatuajes en homenaje a Pietr Mondrian, Sergio es un animal urbano con pantalón de pitillo y brazos de nadador, ave nocturna y disfrutón del arte, la familia y el rocanrol de aroma viejuno.

Trabajó en la sala de arte de Caja Madrid en Zaragoza y ahora es responsable del programa Corner MIZ (Made in Zaragoza), una serie de intervenciones artísticas en espacios de tránsito de Zaragoza, como Las Armas o La Azucarera. Sergio entra en contacto durante su juventud con la mascarada fresca y loca de El Niño Gusano. Efecto lupa, Circo Luso y El escarabajo más grande de Europa son sus primeros discos. «Óscar Sanmartín Vargas no solo es un ilustrador: es un artesano de la imagen, de los que se manchan las manos construyendo dioramas», dice Sevilla. «Tenemos a Isidro Ferrer como el mejor ilustrador de España, pero Sanmartín está a su altura, casi al nivel de tener que entrar en las colecciones de los museos». Sevilla afirma que el estilo de Sanmartín es «una figuración que bebe de la vanguardia histórica, y que enlaza con el surrealismo y con dadá». A Sevilla le sedujo «su encuentro de mundos imposibles, de poemas-objeto, de seres híbridos», que, como la mujer portuguesa que protagonizó su primer hit, tenía «un telescopio en su cabeza a rosca».

Para Sevilla, la colaboración de Sanmartín con el grupo «era un carnaval de surrealismo. Todo era delirante: grababan vídeos en el Mercado Central por los que pasaban todos los personajes del underground zaragozano. Era como una comparsa circense. Óscar supo dar imagen a toda aquella narración musical».

Óscar Sanmartín Vargas, visto por Daniel García-Nieto.

25 años después hay un movimiento de recuperación de la figura de Sergio Algora, su malogrado cantante fallecido en Zaragoza en el 2008. «La editorial Madmo ha recuperado las maquetas de un proyecto paralelo a El Niño Gusano llamado Cangrejus, así como una serie de poemas de Algora. Con todo ello ha editado Marcianos, la crónica de un astronauta en Marte, ilustrada por el autor», afirma Sergio.

Nuestro invitado recuerda que en Zaragoza abundan las referencias visuales a su obra: el logo de la sala de conciertos La lata de bombillas o la imagen del carnaval de la ciudad que estos días nos acompaña: un formidable Don Carnal que come, con hambre pantagruélica, una hermosa pieza de carne roja.

«Ha abierto las puertas a un mundo superpersonal y amplio», afirma el joven zaragozano del ilustrador. En ese universo hay espacio para el ambiente victoriano, recreado con «veladuras y tonos sepia», como las que adornan las cubiertas de los libros de la editorial Tropo, con quien Óscar Sanmartín Vargas ha colaborado durante años (Tornaviajes, Teoría de todo).

Las hermanas siamesas, la mujer barbuda y un reloj de arena giran sin parar en la pista de baile de esta pantomima tan zaragozana.