Kirk ya está con Burt. Allá arriba. Para dos grandes amigos era demasiado tiempo sin verse. Burt se elevó desde su trapecio; creo que fue al realizar el triple mortal sin red. Kirk se propulsó desde el último remo de su barco vikingo. Comenzaron juntos en esto del cine. Los dos debutaron en 1946 y lo hicieron como protagonistas, y exhibiendo una fuerza arrolladora. Burt lo hizo en 'Forajidos' y Kirk en 'El extraño amor de Martha Ivers'. Coincidieron por primera vez en 'Al volver a la vida' (1948). Junto a otras grandes estrellas contribuyeron a hacer del cine el séptimo arte. Cuando el cine dejó de ser arte y luego dejó de ser cine se volvieron a juntar por última vez para regalarnos una hilarante despedida: 'Otra ciudad, otra ley' (1986). Muchísimas gracias.

Puede decirse que 'Rebelde sin causa' es la película más representativa de James Dean, 'Un tranvía llamado Deseo' de Marlon Brando o 'El halcón y la flecha' de Burt Lancaster. 'Los vikingos' es y será por siempre la película de Kirk Douglas. Kirk es una fuerza de la naturaleza que desprende energía y vitalidad por todos los poros de su piel. Exhibe un carácter arrollador, salvaje, eléctrico, casi siempre al borde del estallido de furia. Necesita del aire, del mar y de las montañas. Cuando el halcón le arranca el ojo ni llora, ni se queja. Esa noche se va de fiesta. Por cierto, al bueno de Kirk los guionistas siempre le quitaban algo.

Al ojo ya citado se le podría unir el dedo de una mano en 'Río de sangre', la oreja en 'El loco del pelo rojo' y la pierna en 'Pata de palo'. A él le daba igual. Sólo quería bordar sus personajes y mantener intacto el hoyuelo de su barbilla. “Me quedé dormido sobre mi anillo”, le explica a una muchacha mexicana que le pregunta por semejante orificio (si no recuerdo mal creo que en 'Asalto al carro blindado').

Bueno, perdón querido lector, a lo que iba. Al vikingo salvaje y alegre no le preocupa que le cierren en las narices la puerta del castillo con su foso y todo. Con su magnífica puntería lanza hachas a la puerta de roble, de un salto se aferra a ellas para no caer en el foso y, finalmente, usa los mangos como escaleras para colarse por un pequeño hueco y accionar el mecanismo para que entre el resto de la banda. Pero además resulta que el vikingo indomable tiene su corazoncito y realiza un último gesto de nobleza en la torre más alta del castillo. Como los que tenía en la vida real: se opuso con firmeza al mccarthismo, exigió que el nombre del vilipendiado Dalton Trumbo figurara como el guionista de 'Espartaco', donó ingentes sumas de dinero a instituciones, fundaciones, colegios, etc.

¡Cómo me gusta este tipo! Cómo me emociona verlo en 'El trompetista' (1950), 'El gran carnaval' (1951), 'Río de sangre' (1952), 'El loco del pelo rojo' (1956) y 'Los valientes andan solos' (1962). Y… 'Los vikingos' (1958)), ¡qué obra maestra! ¡Mirad a Kirk! Llega descojonándose saltando de un remo a otro. ¡Qué fuerza, qué vigor, qué alegría de vivir!

Por cierto, me canso de oír que ya solo queda Olivia de Havilland como representante del Hollywood dorado. Sí, no alcanzan la edad de 103 años de la protagonista de 'Lo que el viento se llevó', pero aún quedan algunas grandes estrellas: Sidney Poitier (92), Rhonda Fleming (96), Robert Wagner (90), Kim Novak (86), Carroll Baker (88), Arlene Dahl (94), Debra Paget (86).