Niño prodigio del cante, Israel Fernández (Toledo, 1989) dejó hace tiempo de ser niño, pero no prodigio. El jueves actuó / arrebató, dentro del ciclo Zaragoza Flamenco, acompañado por Rubén Lara, guitarrista tan joven como singular, instrumentista que maneja el compás con precisión de relojero, y cuyo toque, aparentemente minimalista, ofrece una profundidad de vértigo. Los flamencólogos de barra de bar comentaban que Rubén se perdió en los tientos, pero no se tomen muy en serio a esos doctores de lo jondo que reparten doctrina hasta en los baños.

Israel es un fenómeno, pues reúne en su garganta, además de lo viejo y lo nuevo del cante, diferentes modos interpretativos. Tiene una fuerza física apabullante, que le permite estirar la respiración todo lo que necesita sin ahogarse. Y más: su registro es amplísimo. De ahí que pase del desgarro más o menos camaronero a la velocidad y fluidez melódica y melismática de un Juanito Valderrama, por ejemplo. Y en medio, lo que se le antoje. Tiene ritmo, afina que es un primor, y envuelve con su cante infinito al más escurridizo.

El jueves entró en faena por soleá, continuó andadura por cantes de levante, siguió por tientos / tangos, se explayó después por seguirillas, dio una lección por bulerías y remató por fandangos (¡y qué fandangos, oiga!). Es difícil destacar alguno de los cantes que interpretó, pues configuró un universo sin fisuras, sólido y compacto. En fin, que salimos del Mercado como en volandas, no por la prisa sino porque el arte de Israel nos elevó unos palmos del suelo. Solo hay algo que me asombra en un cantaor tan joven, y es que no aporte al legado flamenco letras de su tiempo, y que su lenguaje esté tan enroscado en el de los viejos intérpretes.

La velada la abrió el cantaor zaragozano Eugenio Tejero Confu, con Pedro Tejero a la guitarra, Jesús Bautista al cajón, y Rafael Jiménez y Daniel Tejero a los coros y a las palmas. Entre el flamenco clásico y las apuestas en la onda Ray Heredia discurrió la actuación de Confu, que tuvo su mejor entrega en una pieza de su autoría dedicada a Camarón.