El bar Cabuchico, situado en el barrio zaragozano de Las Fuentes, ha vuelto a ganar la Liga de la Tortilla en su cuarta edición, en la que ha participado por primera vez el menos conocido, pero no por ello menos interesante, restaurante El Olivo. Y, sí, para evitar suspicacias, sépase ya desde ahora que el firmante, con el equipo de Gastro Aragón, es el responsable de este concurso patrocinado por Coca Cola, además de las firmas locales Patatas Gómez, Huevos Corral de Monegros y aceite Oléva, y el apoyo institucional de Turismo Aragon.

Más allá del sistema de juego, similar a la final de una copa deportiva, sus resultados se sustentan sobre las opiniones de más de ochenta jurados, los árbitros, con lo que los resultados responden al sentir de una amplia representación de la sociedad zaragozana. Pues más allá de la presencia o no de cebolla, incluso de ajo o calabacín; del punto de cuajado del huevo; del aceite utilizado; o del acierto al trabajar las patatas, se busca dignificar uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española.

No hay que inventar nada para una efímera decena de días, sino consolidar cotidianamente el trabajo profesional y sincero, el respeto a los clientes y al propio oficio de hostelero. Tal es el objetivo de esta Liga, que pronto trascenderá las fronteras locales, mejorar el nivel medio de las tortillas zaragozanas y descubrir, como así sucede cada edición, nuevos locales interesantes, estén donde estén. Siete de los ocho finalistas de esta edición no se encontraban en el centro, sino en los barrios, lejos del epicentro de la ciudad, derribando falsos mitos.

Está bien que proliferen los concursos gastronómicos. Pero deben tener claros sus objetivos, lo que persiguen y lo que pretenden. Especialmente si disponen de ayudas públicas, como sucede aquí. Generar certámenes porque sí, al albur, acaba aburriendo tanto al profesional, como al consumidor. De ahí que cada vez que nace uno, o se celebra una nueva edición de los históricos, debamos preguntarnos por qué y para qué. Los de este, en concreto, ya los saben.