Desde que tiene uso de razón Andrea del Río ha querido ser actriz, y ahora su rostro nos acompaña cada tarde en La 1 de TVE. Del Río, nacida en Zaragoza en 1991, interpreta a Alicia Ocaña en Servir y proteger, una serie que retiene a más de 1.000.000 de espectadores pegados al sofá todos los días. Con tan solo 27 años se ha convertido en una de las protagonistas principales de esta ficción diaria, lo cual, según ella misma reconoce, no es un reto sencillo: «En una producción así la máquina no para. Tenemos mucho texto y el nivel de exigencia es muy alto. Ahora mismo me pillas con un millón de folios encima de la mesa que tengo que aprenderme».

Tras casi dos años dando vida a la inspectora Ocaña, Andrea del Río dice sentirse orgullosa de su trabajo, aunque admite que siente algo de respeto por lo que puede significar trabajar tanto tiempo en una misma serie. «No me da miedo, pero a veces da algo de vértigo. Confío en que cuando venga otro personaje pueda encararlo bien. Pero lo cierto es que ahora vivo más con Alicia que con Andrea. Es lo que hay», explica en tono amable.

Y lo cierto es que Del Río ya ha demostrado en más de una ocasión su calidad interpretativa. La zaragozana formó parte del reparto de Mar de plástico, donde se metió en el papel de una mujer muy diferente a su personaje actual. «De mi trabajo lo que más me gusta es el cambio, el pasar de ser la mala malísima a hacer de buena buenísima», cuenta a este respecto Andrea del Río.

DE MAYOR, AUDREY HEPBURN

Cuando era «enana», como ella dice, disfrutaba dando el cante en las cenas y comidas familiares. Se disfrazaba y no paraba de contar historias. «Estaban hasta los pelos de mí», ríe.

Andrea del Río siempre lo tuvo claro, y se encargó de encaminar su vida hacia donde ella quería. Con 13 años comenzó a estudiar interpretación con la escuela del Teatro de la Estación, y cuando tuvo la edad, con 16, entró a la Escuela Muncipal de Teatro de Zaragoza. «Siempre supe que con 18 años me iría a Madrid, y así fue, pero cuando llegó el momento fue otra historia. Yo de pequeña quería ser como Audrey Hepburn, y una sueña mucho pero la realidad es más compleja de lo que parece. Al principio me costó mucho hacerme a una ciudad tan grande porque soy muy tímida», rememora la actriz.

Los inicios, pues, no fueron del todo sencillos, y eso que Andrea ya venía aconsejada por su tío, el también actor Armando del Río. Hacer decenas de pruebas, perder días y días en busca de un buen representante y, sobre todo, recibir muchos noes por respuesta le hacen a una darse cuenta de lo difícil que será encontrar trabajo. «Al principio tienes que lidiar constantemente con el rechazo, y eso es complicado», admite Del Río.

Afortunadamente su esfuerzo tuvo recompensa y hoy poder trabajar, y «mucho», es el éxito al que aspira día tras día. A Zaragoza sigue viniendo asiduamente. Aquí tiene a sus amigas y a su familia. En Aragón no muchos saben que Andrea del Río es paisana, por lo que ella misma relata que a veces la gente se extrañan de verla por la calle. «‘¿Eres...?’, me preguntan. Y yo nunca sé que decir. Ahora bien, si voy con mi tía ella se encarga de dejarlo claro: ‘Sí que es, sí’», ríe Del Río.

En un futuro, a esta joven actriz le gustaría hacer cine y teatro además de televisión, pero vive en el presente. «Siempre he creído, y esto lo he visto con mis propios ojos, que lo que te pasa siempre es porque te tiene que pasar, así que centrarme en el hoy y no pensar más allá», concluye.