La memoria tiene más importancia que la destreza a la hora de resolver un cubo de Rubik. Algo que por lo demás no tiene otro truco que el de practicar durante muchas horas. Los aficionados en Zaragoza a este rompecabezas tienen ahora un espacio de referencia en una tienda recién inaugurada en el barrio del Arrabal. Está en la calle Valle de Zuriza, alejada de las arterias comerciales. Su escaparate no llama demasiado la atención. Pero en el interior sorprende el colorido y la variedad. ¿Eso es un cubo con forma de gato?

Lo que comenzó como una página web que vendía en toda Europa ha terminado como un espacio obligado para los aficionados. MasKeCubos inició su andadura en la red en el 2009 casi por probar, con ventas en eBay tras descubrir que existía un importante nicho de mercado. Al comienzo la competencia era inexistente, algo que ahora ha cambiado. La oferta es apabullante, por lo que sus impulsores la mayor parte del tiempo la invierten en seleccionar productos de calidad, novedosos y alejados de cualquier taxonomía. Al parecer ya no es necesario ni que tengan las aristas rectas. Ahora, gracias al local que abrieron en diciembre también tienen un espacio en el que compartir su afición cara a cara.

Lo que más tirón tiene es el cubo clásico de tres filas por cada lado. El que todo el mundo tuvo en la infancia y que solo pudo resolver cambiando de sitio las pegatinas. Ahora los hacen con las piezas coloreadas para que sea imposible hacer trampas. Los modelos oblicuos son muy solicitados por los aficionados que ya tienen experiencia. Aunque eso sí, más allá de las formas son los mecanismos internos los que marcan la diferencia. Con los magnéticos resolver el rompecabezas es cosa de unos segundos.

Junto a la puerta aguardan una decena de cubos de colores. Cubos de los normales, de los de meter cosas dentro. Esto permite meter dentro del cubo todos los cubos que se quieran comprar. Una complicación digna de poema de Borges. «A los clientes les hace gracia», reconoce la propietaria de la tienda, Rosa Betrián.

ESCULTURAS DE VANGUARDIA

Lo más llamativo son las piezas de fantasía. Las hay con forma de corazón. Y fosforescentes. Algunas tienden a la abstracción. Es el caso de los cubos con piezas de tamaño irregular, que así como se desmontan cambian su estructura y se convierten en artefactos que parecen salidos de la mente de Jorge Oteiza. También tienen pirámides y dodecaedros con varios colores diferentes por cara. Los precios no son demasiado elevados, aunque algunas piezas más de coleccionista puedan superar las tres cifras. Un cubo básico para iniciar la afición sale por menos de diez euros.

Los clientes son variados. Entre la gente joven pueden ser una buena alternativa a los juegos electrónicos. Para los adultos en muchos casos son una evocación de su infancia. Y luego están los que dominan la técnica y necesitan complicarse la vida. «Muchos clientes saben más que nosotros», asegura Betrián. Por el momento la mayoría de los clientes son hombres, algo que posiblemente no responda a ninguna lógica, pero así es.

CAMPEONATOS

Uno de los habituales es Sergio Bodega. La velocidad con la que gira los cubos es impresionante. En apenas unos segundos los colores de un pequeño cubo de Rubik se ordenan en sus manos. En varias ocasiones ha competido en encuentros estatales de aficionados. Su especialidad es resolver el rompecabezas de cuatro filas por cara con los ojos cerrados. «Ahora en Zaragoza la situación está estancada, pero antes se organizaban campeonatos oficiales en los que queda constancia de los récords», dice. Maskecubos no descarta tomar el relevo en los próximos meses y organizar algún campeonato. Normalmente tienen unas veinte modalidades diferentes de enfrentamiento: hasta con los pies.

Bodega insiste en que la memoria es muy importante a la hora de enfrentarse a uno de estos retos. Con las primeras vueltas aparecen patrones que es necesario relacionar para poder situar cada color en el lugar que le corresponde. «Es muy gratificante descubrir cómo resuelves los cubos», expresa.

En MasKeCubos, como la juguetería para ejercitar la mente en la que se ha convertido, también ofrecen cursos para comenzar con una afición que poco a poco va despegando gracias a canales de divulgación en Youtube como el que tiene el propio Bodega, que ya acumula unos cuantos cientos de fieles. Se llama Alguien al cubo y las matemáticas tienen una presencia importante en sus explicaciones. Ahora la cuestión es ir probando. Las combinaciones son casi infinitas.