El bombero zaragozano Juan Carlos Garza ha tenido este año su pequeña ración de milagro navideño, con el cúmulo de casualidades que le permitió recuperar, en apenas 24 horas, la gaita que había perdido al llevarla a revisar. Un caro instrumento musical, sin contar su valor sentimental, que Paco Paricio (de los Titiriteros de Binéfar) acabó adquiriendo por 9 euros en una tienda de segunda mano, gracias a la amplísima difusión de la búsqueda por las redes sociales y mensajería.

Garza había llevado el instrumento a revisar a una tienda del Coso bajo, porque tenía algún problema en las válvulas. «Normalmente la llevo en la funda, porque no me cabe en el maletero de la moto, con el asa atrapada por el asiento. Pero se me debió olvidar atarla, y cuando bajé, ya no estaba la gaita», explicaba.

«Volví a casa y fui preguntando a la gente, a barrenderos, a la Policía Local, y nada. Así que puse la foto en Facebook y comencé a pasarla por WhatsApp. Un instrumento para un músico es algo muy personal, y más en este caso, que estaba muy adaptada para mí. La verdad es que me llevé un gran disgusto», explicaba el bombero, perteneciente a la Colla de Gaitas del cuerpo de extinción zaragozano.

La rápida difusión por las redes sociales, desde la Escuela Municipal de Música a la cuenta no oficial de Twitter de Bomberos de Zaragoza, le pilló desprevenido. «Fue increíble la cantidad de muestras de afecto que me llegaron en poco tiempo de muchísimos grupos de músicos, me ofrecían sus instrumentos, incluso lutieres con los que no había trabajado en la vida, hasta que la encontrara, por si tenía algún espectáculo», explicaba.

Y entre esos músicos y artistas a los que les llegó la fotografía de la gaita estaba Paco Paricio, de los Titiriteros de Binéfar, que casualmente estaba en Zaragoza, donde la semana que viene tienen programadas varias actuaciones en el Centro de Historias. «Estamos por aquí haciendo varias funciones en colegios. Me llegó la foto de la gaita a través de un grupo de WhatsApp de folkis, y me llamó la atención porque tenía un lauburu (una cruz típica vasca), que también tiene versión aragonesa».

Paricio caminaba el miércoles por la avenida César Agusto, junto a la comandancia de la Guardia Civil, cuando en una tienda de segunda mano le pareció ver una gaita, el bordón. «Era de madera de boj, como la de la foto, y la tenía el dependiente detrás. Al entrar vi el lauburu, era la misma. Le pregunté si estaba a la venta, me dijo que sí, y la compré enseguida», recordaba Paricio.

Lo que le dejó anonadado fue el precio. «Había una trompetilla de caza que valía 57 euros, y la gaita estaba por 9, como de decoración. Yo sabía que por lo menos valdría 600 o 700, pero eran más de 1.000 euros. Me figuro que el de la tienda no tenía mucha idea, y el que se la encontró y la vendió, menos. Es una pena que se valore tan poco la música, pero en este caso, vino bien», explicaba el artista.

De inmediato comunicó en el mismo grupo de WhatsApp el hallazgo, y una amiga común de Garza y suya le dijo que el bombero estaba de guardia en un parque cercano. «Quedamos, me acerqué y se la di. Solo la cara que puso y cómo se puso a tocar en seguida, ya fue satisfacción suficiente, no quise los 9 euros. Le dejé el tíquet para que se riera con la gaita de decoración», expuso.

Garza mostraba una enorme alegría por la resolución. «Estoy muy agradecido, a Paco, a la gente y a las redes sociales, que siempre se dice que son muy malas pero para estas cosas son muy útiles. Esto demuestra el carácter de la gente del mundo de la música», se congratulaba el bombero artista.