Francisca Castillo, fallecida el pasado lunes, era conocida como la última de Jánovas, pero los avances en el proceso de reversión del pueblo hace varios años que habían dejado anticuado un apelativo forjado en los años sesenta cuando se vació por la fuerza el municipio por los planes de construcción de un pantano.

Junto con su marido Emilio Garcés (fallecido en el 2011) opuso una seria resistencia a abandonar su localidad, haciendo frente incluso a poderosas empresas como Iberduero. Y cuando todos los vecinos dejaron el municipio, en 1964, el matrimonio permaneció en su hogar como un rescoldo entre las cenizas. Una tenacidad que la propia Francisca pudo ver recompensada en los últimos meses, pues algunas de las casas de Jánovas vuelven a tener vida y hasta se han celebrado las fiestas mayores.

Este pueblo del Sobrarbe ha sido desde su abandono un símbolo de la resistencia rural. Una habanera triste. Un barco hundido por piratas, según cantó La ronda de Boltaña. Jánovas y todos sus campos fueron expropiados por una empresa al servicio de los intereses de una concesión (concedida en 1917) para la explotación hidroeléctrica del río Ara. Por eso los echaron de allí y dinamitaron sus casas. La resistencia de unos pocos fue larga y en ocasiones penosa, afectando también a localidades cercanas como Lacort y Lavelilla. Finalmente los vecinos lograron que las expropiaciones fueran paralizadas por su impacto ambiental, un logro tras el que comenzó el litigio judicial para lograr la reversión de los terrenos y las correspondientes indemnizaciones.

Francisca Castillo, que ha muerto a sus 92 años en Barbastro, ha dejado tras de sí un buen número de condolencias. Su popularidad se había multiplicado tras participar en el reportaje que el periodista Jordi Évole dedicó a su lucha tenaz contra el pantano en Salvados. «En el programa de Jánovas nos dio un ejemplo de orgullo, dignidad y lucha», escribió.

El pasado mes de junio los nuevos vecinos del pueblo rindieron al matrimonio un caluroso homenaje durante el festival reivindicativo que han empezado a organizar en la localidad.