Nadie se fía de historias así en el seno del paddock del Mundial de motociclismo. La gente tiene tantas sospechas de irregularidades y malos rollos alrededor de Héctor Barberá (Dos Aguas, 32años), ganador de diez grandes premios del Mundial (lo que es todo una gesta), seis en 125cc y cuatro en 250cc, que duda de todo y, por supuesto, los hay que le dan toda la credibilidad del mundo a la sospecha que él está implicado (hay precedentes de gestos feos) como defensores de que le han vuelto a engañar. Pero la duda se ha instalado sobre él y su manera de vivir y ser profesional de la moto.

Lo cierto es que, pocas horas después de que Barberá haya dejado de correr en el Mundial de SuperSport donde, con una moto casi, casi, de calle, nada competitiva, marchaba en octava posición del campeonato tras ser cuarto en Australia y séptimo en Tailandia, ha conseguido equipo para correr, este mismo fin de semana, en el gran premio de Holanda de Superbikes, con una buena Kawasaki, la moto del tetracampeón del mundo, el británico Jonhatan Rea, ahora ampliamente superado por el español Álvaro Bautista (Ducati), que ha ganado las nueve carreras que se han disputado entre Australia, Tailandia y Aragón.

NUEVA OPORTUNIDAD

El equipo Orelac Racing VedNatura le haya ofrecido a Barberá la posibilidad de coger su moto, en lugar del lesionado Tati Mercado, que hoy va a ser operado de su muñeca derecha, demuestra que no todo el mundo cree, como así ha señalado el propio dueño del equipo Team Toth, Imre Toth, que el piloto español está implicado en la desaparición de nuestra Yamaha R6. Barberá ha hecho un comentario lamentando regresar a la competición sustituyendo a un compañero lesionado, al que le deseo una pronta recuperación.

Al lio de Motorland (Alcañiz, Aragón), ha puesto algo de luz el telemétrico de Barberá, Oriol Vidal, denunciando la manera en que Toth, que ya tuvo problemas, en el 2009, con el italiano Mattia Pasini, les ha engañado, no solo al piloto sino también a los otros miembros del equipo.

El periodista Borja González recordaba ayer, en el diario Las Provincias, aquel incidente del 2009. Enrique Quiján, 'Piula', mecánico con larga experiencia en el Mundial y actualmente en el Ángel Nieto Team del FIM CEV Repsol, confirmavba su padecimiento aquel año, el suyo y el de unos cuantos mecánicos que llegaron a bloquear el camión del equipo Toth tras la última carrera de Valencia, cuando esta escudería competía en 250cc con Mattia Pasini e Imre Toth. Con esto buscaban cobrar todo el dinero que se les adeudaba, una maniobra a la que tuvieron que renunciar por petición de la Guardia Civil.

DENUNCIA DE SU TELEMÉTRICO

Cuando llegamos a la primera carrera de Phillip Island, comenta Vidal en sus declaraciones, descubrimos que la moto no era de carreras, era una Yamaha de calle con carenado racing. Faltaban tantas piezas de pura competición, la que mejoraba la máquina, que no nos lo podíamos creer.

Vidal narró una serie de viacrucis desde el primer entrenamiento en Australia y en Tailandia, que ha llegado a sentir vergüenza por todo lo que está ocurriendo y, por supuesto, porque no nos han pagado un euro. Me enrolé en un proyecto que parecía muy hermoso y real, y ahora me he quedado sin sueldo y sin trabajo. Vidal critica la actitud del organizador del campeonato, la compañía Dorna, que permite que equipos así sigan en el paddock de ese Mundial.

ANTECEDENTES DESAGRADABLES

A mitad de la temporada pasada, cuando corría en Moto2, Pons Racing despidió a Barberá tras dar positivo en un control de alcoholemia (0,67 mg/l, una tasa muy superior a la permitida). Fue condenado a no conducir vehículos de motor durante un año y a 22 días de trabajos comunitarios. Seis años antes, en 2012, ya había sido detenido en Valencia por conducir ebrio y de manera peligrosa. Fue condenado a diez meses sin permiso de conducir y una multa de 1.200 euros. En 2014 fue multado con 3.600 euros por conducir sin puntos en el carnet.

Su incidente más grave tuvo lugar en 2013. Él y su pareja se denunciaron de forma recíproca por violencia doméstica, lo que llevó a su detención en Jerez. Según el relato de la mujer, que deseaba poner punto final a su relación, Barberá le "apretó del cuello" y la tiró al suelo. Ella reaccionó mordiéndole. Barberá y su exnovia fueron condenados con la misma pena, seis meses de prisión, conmutables por trabajos sociales.