No hay duda, el mundo, todo el Mundial, el ‘paddock’ en su totalidad, mostró su admiración, el pasado fin de semana, por la gesta protagonizada por el veterano campeonísimo italiano Valentino Rossi (Yamaha) que, a los 38 años, ha sido capaz de volver a competir al más alto nivel solo 22 días después de ser intervenido de una doble fractura de tibia y peroné derechos. Eso está claro y todos calificaron su reaparición de “prodigiosa, admirable, milagrosa y ejemplar”, sí, así como acabar quinto después de ser segundo durante más de la mitad de carrera y, más importante todavía, cruzar la meta solo seis segundos más tarde que un prodigioso y agresivo Marc Márquez, que, en Motorland (Alcañiz, Aragón), logró su quinta victoria de la temporada y consolidarse, ya en solitario, al frente del Mundial de MotoGP a falta de cuatro grandes premios.

El punto de admiración por Rossi no significa que tanto Marc Márquez como, muy especialmente, Dani Pedrosa, ambos con razón aunque Rossi lo niegue y se burle del veterano piloto de Repsol Honda, mostrasen su desaprobación por el comportamiento en la pista del ‘Doctor’. Márquez dijo que cuando intentó superar a Rossi “hemos estado a punto de chocar pues, de pronto, ha cambiado la trayectoria y me ha arrinconado ligeramente, aunque, tal vez, esa era su trazada normal, aunque no creo”.

Pedrosa, que sí corrió peligro, y mucho, no solo de accidente, de perder la posibilidad de podio sino de hacerse daño, criticó con dureza al nueve veces campeón del mundo porque, cuando le adelantó, viniendo desde atrás y siendo, tal y como demostró la clasificación al final, más rápido que ‘Vale’, Rossi le llevó casi a la hierba cuando ambas motos se emparejaron a 300 kilómetros por hora y sus manillares, según relató gráficamente el propio Pedrosa, estaban separados solo unos centímetros, mostrando una separación de centímetros entre su índice y pulgar derechos.

“Rossi me cerró la puerta en plena recta y el adelantamiento fue un poco ajustado. Es peligroso hacer eso a 300 kms/h. No dejó espacio y eso no es correcto. Por suerte no pasó nada”, comentó, en un primer momento, Pedrosa, que más tarde se extendió sobre el percance. “Bueno, ya lo habéis visto. No sé si por la televisión se ve igual pero, encima de la moto, lo vi muy claro. Me ha parecido que el adelantamiento ha sido innecesariamente apretado, apretadísimo. He intentado ser decidido y no cortar porque acababa de adelantar a Dovizioso y sabía que, si dudaba, me volvería a pasar. Pero él [Rossi] me iba echando cada vez más hacia la izquierda y, una vez me he puesto a su altura, ha seguido empujándome y me he sentido apretujado, con las ruedas en la línea y muy poco margen de maniobrabilidad. No creo que hiciera falta llevarme hasta la tierra para defender su posición, pero yo tenía tan buena salida de la curva que he podido seguir con la velocidad y pasarle”.

"No sé si Valentino me vio o no, tal vez no al inicio de la maniobra, pero cuando me emparejé a su moto, era evidente que yo era más rápido que él y, sin embargo, no me dio espacio. Con los manillares casi tocándose, el margen de erro fue mínimo. Luego que no se queje cuando los demás le impiden adelantar cuando él lo intenta", sentenció el compañero de equipo de Marc Márquez.

LA RESPUESTA DE ROSSI

"Si no es feliz, que corra solo. Conmigo, todos han hecho lo mismo”, dijo enfadado Rossi cuando, tras su gran gesta, atendió a la prensa y varios periodistas le trasladaron las quejas de Pedrosa, no las de Márquez, que fueron mínimas y hasta en tono comprensible. “Todos, cuando salíamos de la curva 14, nos movíamos hacia la izquierda, tal vez yo me moví un metro más, pero no más. Pero si lo hubiese querido cerrar de verdad, lo hubiera llevado a la línea blanca y no lo hice. Es más, cuando, tras superarme, levantó la mano pensé que se estaba disculpando conmigo”.

Es evidente, cristalino, que las últimas cuatro carreras no van a ser agradables para Márquez y Pedrosa en su largo enfrentamiento con Rossi, que, llegado Motegi (Japón), el próximo 15 de octubre, habrá recuperado casi el cien por cien de su poder físico y, por tanto, podrá plantar cara a los favoritos al título.