El Gran Premio de Alemania, que se disputa hoy en el veloz circuito de Sachsenring, tuvo ayer un preámbulo trágico cuando, en los entrenamientos de la carrera de sidecars, cuya celebración se ha suspendido, el vehículo pilotado por el veterano alemán Kurt Hock, seis veces subcampeón de Alemania y participante este año en el campeonato del mundo de esta legendaria y casi ancestral especialidad, perdió el control de su sidecar en una de las bajadas del trazado alemán en la que se alcanzan altas velocidades, superiores a los 200 kilómetros por hora.

Aunque nada se ha informado del accidente (la carrera se celebra al margen del Mundial de motociclismo), todo parece indicar que un fallo técnico anuló el sistema de frenos del vehículo de Hock, cuyo impacto fue tremendo provocando la muerte inmediata de su copiloto, el también alemán Enrico Becker, de 31 años. Hock fue trasladado de inmediato al Klinikum de Chemnitz, una de las ciudades más próximas al circuito alemán, y su vida corre peligro.