Primero fue el equipo Movistar-Yamaha, de la mano de la todopoderosa compañía española y teniendo, como gran estrella, al veterano italiano Valentino Rossi y como la auténtica revelación del 2016 al catalán Maverick Viñales. Luego, hoy, en Bolonia, se presentó, también a lo grande, el millonario equipo Ducati, de la mano de la no menos rica compañía Marlboro y, por supuesto, bajo el paraguas de su auténtico dueño, la empresa automovilística Audi. Y, dentro de quince días, en la lejana Indonesia, como ya hiciera el año pasado, para apoyar el tirón que tiene la casa alada en aquel país, uno de los que compran más motos, lo hará el equipo oficial Repsol-Honda, que es, nada más y nada menos, que actual bicampeón del mundo de constructores y pilotos, con el nen de Cervera.

Bolonia se vistió totalmente de rojo, de rojo Ducati no Ferrari, para dar la bienvenida, de nuevo, a Jorge Lorenzo. Aunque lo hizo, eso sí, con algo más de decoración que realidad, ya que la auténtica moto, la verdadera Desmosedici GP17, no estará lista hasta los últimos entrenamientos, que se celebrarán en Doha (Catar), poco antes de que empiece la temporada en el trazado de Losail.

UNA PODEROSA MOTO

"Se trata", según explicó un eufórico Gigi Dall'Igna, ingniero y máximo responsable técnico del equipo italiano, "de una moto donde permanecen, como puntos fuertes, las dos características que nos permitieron codearnos y ganar frente a los mejores: nuestro poderoso motor y nuestra avanzada aerodinámica, pese a que ya no podemos utilizar nuestras populares alas".

Dall'Igna cree que Ducati ya no se puede esconder. "Un equipo, una fábrica, un patrocinador, un mecenas, que quiere ganar algo importante, el Mundial de MotoGP, no se puede esconder, no puede poner excusas. Con la llegada de Jorge (Lorenzo), lo tenemos todo, todo, y ya no podemos decir que nos falta algo. Debemos salir a por el título desde la primera carrera".

RECORDANDO A STONER

"Hace muchos años que no me sentía tan nervioso como hoy", reconoció Lorenzo en el acto de presentación de Ducati. "Estoy más nervioso que antes de empezar cualquier gran premio, pues llevaba muchos años en Yamaha y esto es diferencia. Estoy emocionado porque he descubierto que, en efecto, Ducati es una gran familia, que me ha recibido como si no fuese nuevo, golpeándome con la pasión que sabía que existía por las motos, por las carreras, por el cariño hacia sus pilotos".

Lorenzo, seguro, siente la responsabilidad de haber aterrizado en un equipo que le necesita, y mucho, pues desde que el bravo australiano Casey Stoner ganó el título, en 2007, la firma de Borgo Panigale (Italia) no ha repetido título. "Se puede ganar, ¡claro que se puede ganar!, pero una cosa es ganar carreras y otra, muy distinta y difícil, ganar el título, pero vamos a trabajar duro, todos juntos, para intentarlo". Stoner es, precisamente, el piloto probador de Ducati y, por tanto, la mano derecha de Dall'Igna en la pista y el primer consejero de Lorenzo.