Son muchos, por no decir todos, los pilotos que, en la recta final del Mundial, buscan la victoria porque no tienen nada que perder y pueden arriesgar mucho más que yo. Yo busco el título y, por tanto, correré pensando en el Mundial. Buscaré, como siempre, la victoria... ¡Faltaría más! Si, al final, tengo un mano a mano como el de Austria, preferiría que no fuese contra Dovi (Andrea Dovizioso), pues es el segundo del Mundial, y, desde luego, si puedo ganar, ganaré, de lo contrario, el podio es magnífico». Es evidente que Marc Márquez, que ayer logró la pole position número 88 de su carrera (lleva 60 en 120 grandes premios de MotoGP, es decir, el 50%), saldrá hoy (DAZN, 14.00 horas) a ganar pero, desde luego, su objetivo es su sexto título de MotoGP en siete años.

La estrategia de ayer por parte del equipo Repsol Honda fue acertadísima. Márquez logró, en su primer intento, un tiempazo que le colocaba en primera línea. Objetivo cumplido. Con el segundo neumático, cuando vio que todos esperaban su rueda para meterse en primera línea, se hizo el despistado («yo era el que menos tenía que arriesgar, el que no debía tirar de los favoritos, pues ya tenía mi plaza ganada») y esperó que fuese el fabuloso Valentino Rossi («ahora que salgo segundo, nadie pide que me jubile, aunque entiendo que, tras cuatro malas carreras, haya quien piense que debo quedarme en casa») quien tirase del grupo, se pegó a su colín y le arrebató la pole en el último suspiro.

Todo pintaba a que el prodigioso rookie francés de MotoGP, la revelación de la temporada, Fabio Quartararo, se llevaría la pole, tal y como había ido el viernes y el sábado, pero los monstruos le dieron ayer una lección inmensa, tremenda, de coraje y manos pues, como siempre, Márquez no tenía necesidad de jugarse otra caída (y, tal vez, una lesión) para lograr otra pole y Rossi decidió dar un golpe en la mesa y demostrar que, no solo sigue vivo, sino dispuesto a romper su racha de más de dos años sin ganar.

«La carrera será impresionante», reconocieron al unísono Márquez y Rossi, que se saludaron amistosamente en el corralito. «Está Marc», dijo el Doctor. «Está Valentino», añadió Márquez. Y los dos comentaron que «Quartararo y Viñales están inmensos, Rins ha hecho un gran fin de semana, llegará Crutchlow y esperamos a Dovi, que también es hombre de domingo». Marc, el campeón, seguirá pensando en el título y los demás buscarán su media hora de gloria: ganar el gran premio.