El mundo y el Mundial, los aficionados y la crítica, los ingenieros y los pilotos, las fábricas y los patrocinadores, los circuitos y los organizadores, los 64.086 fans que llenaron el trazado de Termas de Río Hondo (Argentina), todos muestran su admiración por un fenómeno que, desde su aparición, en el 2013, en el Mundial de MotoGP, no ha dejado de cautivar y admirar a todos.

Se llama Marc Márquez Alentá, pues mamá Roser algo tiene que ver con esa sonrisa permanente y su decisión de divertirse corriendo y, a sus 26 años, acaba de protagonizar una de las carreras más impresionantes de la última década. Un gran premio en el que se apagaron las luces del semáforo de Termas de Río Hondo y el nen de Cervera desapareció del radar de sus rivales (y de las pantallas de televisión), para ganar con una de las mayores diferencias de los últimos años.

Y es que desde que Márquez debutó en MotoGP, convirtiéndose ese mismo año en el campeón y rookie más joven de la historia en ganar el título, no ha tenido rival. Márquez ha ganado, en los más de 100 grandes premios que ha disputado (110 en concreto), 21 grandes premios más que el que más ha ganado, que es Jorge Lorenzo: 45 contra 24. Y se ha subido al podio 23 veces más (79) que el magnífico que más veces se ha subido al cajón, que no es otro que el veterano Valentino Rossi: 56. Hay otro dato demoledor: Márquez ha terminado en el podio en el 72% de los grandes premios que ha corrido entre y contra los reyes.

72 PODIOS EN MOTOGP

Por eso ayer, y hoy, y mañana, el mundo y el Mundial seguirán mostrando su admiración por alguien a quien, en Argentina, ya comparan con Leo Messi. No solo por cómo gana, por cuánto gana, sino, como Leo, por el tiempo que lleva haciéndolo sin pestañear y ni siquiera reparar en lo difícil que es no bajar la guardia cuando alguien ha ganado ya tanto. «No es un problema de no cansarte de ganar, es un problema de divertirte, de pasártelo bien, de tener un equipo que te arrope. Hoy (por ayer), por ejemplo, quiero dedicarle esta victoria a mi amigo y ayudante José Luis (Martínez), que cumple años y, probablemente, cuando yo esté en el avión de regreso a Barcelona, será padre por vez primera».

Ni qué decir tiene que Márquez restó importancia a la manera de ganar en Argentina. Es más, ahora, dentro de 15 días, la cita es en el circuito de Austin (Texas, EEUU), donde, desde hace seis años, Márquez no pierde una carrera y, probablemente, ni siquiera un entrenamiento. Pero con todo, el heptacampeón catalán cree que hay que ser muy prudente con ese rotundo pronóstico de que ganará, de nuevo, en el trazado norteamericano. «No sé, no sé, me gusta, he ganado siempre, sí, pero cada año es distinto, veremos los entrenamientos, tal vez la pista este más bacheada... Aunque me encanta llegar como líder a Estados Unidos».

«Para mí, acabar en el podio en Austin ya sería casi como ganar», comentó Andrea Dovizioso, tercero en Termas por detrás de Márquez y Rossi. «La verdad es que Marc ha estado intratable durante todo el fin de semana en Argentina. Nos ha sacado 10 segundos a todos, pero podían haber sido un puñado más, pues no es la primera vez que lo hace. El problema es que nosotros no hemos corrido como en los entrenamientos y Marc ha copiado el tremendo ritmo que tenía el viernes y el sábado. Veremos si esto empieza a ser una tónica o podemos presentarle batalla», añadió el italiano.

Ya ni les cuento cómo habló Rossi de Márquez. «Aaah, ¿pero Marc ha corrido en Argentina? Puede ser que haya corrido, sí, pero yo, desde luego, no lo he visto. Hubiese preferido perder por tres segundos que por diez, así al menos le hubiera visto. Yo veo mi vaso medio lleno y estar detrás en el Mundial de los dos grandes favoritos al título ya es importante. Desde Sachsenring no me subía al podio y este segundo puesto me sabe a gloria».

Rossi cumplió ayer 23 años desde su debut en el Mundial, en Malasia en 1996. «El otro día volví a ver aquella carrera y, sí, era en blanco y negro», dijo Rossi entre carcajadas. «La verdad es que me siento muy feliz y orgulloso de seguir corriendo, de seguir sintiendo cosquilleo en la parrilla y de seguir estando a la altura de los mejores. La primera parte de mi vida deportiva estuvo plagada de éxitos, victorias, podios y títulos; ahora, todo es más difícil, hay jóvenes tremendos. No queda otra: o te quedas en casa contemplando tu vitrina de trofeos o haces como yo, te sigues divirtiendo. Insisto, tras 23 años, sigo siendo igual de feliz», aseguró el campeonísimo italiano. Feliz cuando ganaba y ahora que sigue compitiendo. Esta es la era de Marc Márquez, que sigue ganando y asombrando en cada Gran Premio con su superioridad.