Valentino Rossi ha vuelto a estar brillantísimo hoy, en el circuito de Sepang (Malasia), donde mañana empiezan los primeros entrenamientos serios de la temporada de MotoGP. Y ha estado magistral por diversas razones. Una, porque ha aceptado con enorme señorío (sí, tal vez la indignación va por dentro) la decisión de Yamaha de no contar con él para el año que viene. Segundo, porque ha dicho que a él no lo retira nadie; si acaso, será él que decida cuando se jubila. Tercero, él negociará este año por un año más, fijo, el 2021, asegurando que correrá esa temporada. Y, cuarto, cree que el francés Fabio Quartararo, el rookie del 2019 en MotoGP, se merece una plaza en el equipo oficial de Yamaha del año que viene.

Rossi no considera, pese a que se lo hemos preguntado, una falta de respeto lo que ha hecho la fábrica de toda su vida, Yamaha. No me ha sorprendido la decisión de Yamaha, no, como tampoco creo que hayan tenido una falta de respeto hacia mi persona, mi historial y todo lo que he hecho por ellos ni hablar! Es una decisión profesional, deportiva y técnica y la acepto, comentó Rossi a El Periódico. En el deporte de élite, en el deporte al más alto nivel, no solo cuenta tu forma física, lo duro que trabajas y te entrenas, tu ilusión, tu motivación sino, por encima de todo, están los resultados y yo no me engaño, en los últimos años no he conseguido mis objetivos, dijo el Doctor, que lleva 10 años persiguiendo su décimo título.

PRONTO CUMPLIRÁ LOS 41 AÑOS

Rossi, que, el próximo 16 de febrero, cumplirá 41 años, ha ganado ya nueve títulos mundiales, 115 grandes premios y logrado 231 podios. Yamaha quería decidir el futuro ya mismo y yo no podía ayudarles, pues aún no sé cómo responderé este año. Es evidente que estos dos jóvenes, Maverick Viñales, que es el único que ha ganado carreras con nuestra moto en los últimos años, y Fabio, que viene apretando de firme, se merecían formar el equipo de futuro, pero no es menos cierto que si yo hubiese querido hubiera podido colocar en una situación delicada a la fábrica pidiendo renovar a final del pasado año, pero no lo hice porque no era competitivo y, por tanto, no tenía derecho a exigir algo así.

Eso sí, Rossi lamenta que el mercado se haya vuelto loco en los últimos años. No tiene sentido que estemos renovando nuestros contratos cuando aún no ha empezado la temporada en que concluyen nuestros compromisos. A todos nos queda todo el 2020 y ya están proponiéndonos otro contrato bianual por el 2021 y 2022, lo que me parece una locura. Y, sí, ese sinsentido, que no existe ni en la F-1, es el que me ha dejado fuera de las cuentas de Yamaha.

Vale insistió y ciertamente se le vio pletórico en que tiene la misma ilusión que cuando empezó. Es más, creo que el año que viene me puedo divertir mucho en el equipo satélite de Petronas, que está haciendo un trabajo increíble, buenísimo, con Fabio y con Franco Morbidelli. No creo que cambie mucho la cosa, pues Yamaha me ha asegurado, y yo les creo, que tendré la misma moto que Maverick y Quartararo.

VIÑALES-QUARTARARO, GRAN EQUIPO

Rossi insistió en que los resultados han sido lo único que ha cambiado su destino. Sigo siendo dueño de mi futuro. Yo decidiré dónde, cómo y cuantos años seguiré corriendo. Por supuesto que me hubiese encantado tomar yo la decisión ya este año pero, cuando Yamaha me consultó, bueno, me forzó a decir qué haría, no me vi con corazón, por los resultados, de pedirles nada, ni siquiera que esperasen los seis primeros grandes premios de este año. Y ellos, lógicamente, como fábrica, como equipo, como estrategia de mercado debían decidir y, la verdad, han decidido muy bien. El tándem Viñales-Quartararo es lo mejor para Yamaha en el 2021 y 2022.

Rossi no pudo evitar reconocer, tras tantos años de carreras (debutó aquí, en Malasia, en 1996), que ya le empieza a costar mucho moverse de casa. Si te llamas Valentino Rossi acudir a los grandes premios es soportar una presión tremenda, tanto, tanto, que loúnico que me divierte ya es pilotar, nada más.