Dos grandes premios seguidos y tres accidentes escalofriantes, los tres. Dos fines de semana consecutivos, en el precioso trazado de Spielberg, el conocido Red Bull Ring, y tres accidentes en los que pudieron fallecer, dos, tres, cuatro y hasta cinco pilotos. Primero, Enea Bastiniani pierde el control de su moto, en la carrera de Moto2 del GP de Austria, y Hafizh Syahrin no puede esquivarla, en medio de la pista, choca con ella y sale volando. Se lesiona, sí, pero pronto volverá. Acto seguido, Johann Zarco adelante a Franco Morbidelli en una maniobra "irresponsable", caen los dos y sus motos se convierten en auténticos proyectiles que, milagrosamente, esquivan Valentino Rossi y Maverick Viñales en la curva 3. Y hoy, en el GP de Estiria, en el mismo trazado, Viñales se queda sin frenos a 220 kilómetros por hora y se tira de su moto para no estrellarse contra el muro de protección, donde acabó su moto incendiada. 'MVK', hábil, pícaro, experto y sabio como pocos, salió ileso, de nuevo, milagrosamente, del lance.

¿Qué pasa con las Yamaha?

Nadie sabe qué está pasando. Hay, ciertamente, mucho ruido e informaciones contradictores alrededor del rendimiento de las Yamaha oficiales de Valentino Rossi, Maverick Viñales, Fabio Quartararo y Franco Morbidelli. Motorsport.com ha ido informando del enorme lio y desbarajuste que existe sobre el estado de los motores de todos ellos que, además, son intacables hasta el 2022 y que, en principio, iban a ser revisados porque tenían, en algunos de ellos (dicen que los que están utilizando en los entrenamientos de viernes y sábado para que no fallen el domingo, en carrera), problemas con el proveedor de las válvulas.

Pero lo cierto, lo que han denunciado, a menudo, con la boca pequeña tanto el Diablo, aún líder del Mundial de MotoGP pero, ahora, tras su discreto 13 puesto de hoy ya a solo 3 puntos del calculador Andrea Dovizioso (Ducati), y MVK incluso están fallando los frenos de sus motos. Hoy, sin ir más lejos, Viñales ha sufrido una peligrosa caída en la vuelta 16 del Gran Premio de Estiria. Se ha tenido que tirar de la moto cuando rodaba a 220 kilómetros por hora, en la curva 1 del Red Bull Ring. La Yamaha M1 se ha estrellado contra las protecciones y se ha incendiado. El piloto de Roses se ha podido retirar de la carrera por su propio pie. Afortunadamente no se ha hecho nada. La carrera se ha tenido que parar por el incidente. Joan Mir (Suzuki) dominaba con claridad (llevaba algo más de 2 segundos de ventaja) y se ha visto claramente perjudicado por la bandera roja.

Otro oportunidad perdida

Segundo accidente escalofriante en el trazado de Spielberg y segundo estremecimiento de todo el paddock de MotoGP. Viñales había tenido problemas con su Yamaha desde la primera vuelta e, incluso, a menudo se le ha visto en la pantalla de televisión, casi parado, haciendo gestos con sus dos brazos como si la moto no funcionase buen. MVK ha empezado en posiciones delanteras. Ha rodado durante bastante rato detrás de Dovizioso (Ducati), pero, luego, ha ido perdiendo posiciones progresivamente. Hasta que al final se ha caído porque se le han roto los frenos de su moto. "Menos mal que no tenía a nadie delante", ha señalado Maverick.

Se trata de un auténtico mazazo para un Viñales que ha perdido otra oportunidad de sumar puntos en su lucha por la conquista del Mundial de MotoGP, ahora, sin Marc Márquez (Honda), ganador de seis de los últimos siete títulos, mucho más accesible, lo que no significa que más fácil. "Hay que olvidar esto que ha pasado en estas tres citas y mirar hacia delante. Eso sí, es la tercera carrera que tiramos a la basura", ha puntualizado Viñales. "Esto puede cambiar mucho en lo que viene próximamente. Misano es una pista que se me da bien y hay que pensar en positivo", ha enfatizado el piloto de Yamaha.

"Empecé bastante bien, la moto iba fantástica en las primeras vueltas. Apretaba a Dovi, pero con la velocidad punta era difícil. Le pasé una vez, pero vi que no podía, que me pasaba fácil en la recta. Me dije: 'vamos a dejar pasar vueltas' para coger ritmo. Empecé a perder presión en los frenos delanteros. Lo intentaba, me fui largo una vez y vi que sería difícil. Hice tres vueltas lento, volvieron un poco, apreté y me quedé sin frenos. El freno explotó y no pude hacer nada". Y, en efecto, Viñales salvó la vida, por segundo domingo consecutivo, tirándose de la moto, que acabó estrellándose contra la defensas de aire de la primera curva de Pielberg e incendiándose.

El título se aleja

"No pude hacer nada. No podía parar la moto", comentó visiblemente asustado. "Salté, no podía hacer otra cosa. Entendí que el freno se había roto o algo. Perdemos todos juntos. Volveremos más fuertes. Han sido mis dos peores carreras en MotoGP. Sin velocidad no puedes hacer nada. En la carrera pasada, yo no tuve problemas de frenos. Eran tres oportunidades buenísimas que se han tirado a la basura. Me duelen un hombro y un codo. ¿Miedo?, no, no, que va mucha rabia. Es que no puedes hacer nada. Por suerte, los circuitos son lo suficientemente seguros para que si sucede algo así, puedas tener tiempo de reacción. Mucha rabia dentro y mucha frustración. Al final, creo que puedo estar mucho más delante de lo que estamos".

Viñales, en efecto, era, junto a Dovizioso, el principal favorito al título, pero cada vez está más lejos. Aún quedan muchas carreras, pero el líder, Fabio Quartararo (Yamaha) ya está a 22 puntos de su compañero de marca.