Los temidos deslumbramientos en la carretera se producen cuando en tu campo visual aparece una fuente luminosa de brillantez superior a la de la iluminación general. En ese momento, se produce una contracción máxima de la pupila que va acompañada de molestias visuales transitorias como lagrimeo, parpadeo frecuente y pérdida momentánea de la vista, sobre todo si los ojos están adaptados a la oscuridad.

Por todo ello, los deslumbramientos provocan una situación realmente crítica y peligrosa en la carretera, ya que hacen que te enfrentes a unos segundos de ceguera momentánea mientras continuas circulando. A continuación, te contamos cuáles son las cinco situaciones de deslumbramiento más frecuentes a las que te puedes enfrentar en la carretera y cómo evitarlas.

Túneles

Debes tener mucho cuidado con los contrastes lumínicos en las salidas de túneles o tramos oscuros similares como, por ejemplo, las vías arboladas. Para minimizar el deslumbramiento en la salida, es recomendable que bajes el parasol o utilices gafas de sol.

Cabe destacar que el deslumbramiento puede ser todavía más brusco y molesto después de circular por un tramo prolongado a oscuras, por lo que en dichos casos debes adaptar la velocidad durante todo el tramo, respetar el límite y mantener una distancia de seguridad adecuada para evitar el riesgo de alcance con otros vehículos.

De noche

En condiciones de baja iluminación aumentan las probabilidades de ser deslumbrado. La luz directa e inesperada de otro coche en un cambio de rasante, una curva o un giro te puede cegar, por lo que debes evitar mirar directamente a la fuente de luz y dirigir tu mirada a la línea del borde derecho de la calzada, que te servirá como guía. Por ello, debes circular con especial precaución durante la salida y la puesta del sol, ya que pueden ser momentos críticos.

Cambio de luces

Debes evitar deslumbrar a otros vehículos cuando uses las luces de largo alcance en carretera y de noche. Para ello, es importante que las cambies por las luces cortas antes de cruzarte con otro vehículo. Si esto ocurre en curva, el conductor que circula por el interior debe ser el primero en realizar el cambio de luces para no deslumbrar. También debes prestar atención para no deslumbrar a los peatones que circulan por el arcén.

Reflejos

Hay que tener cuidado también con los deslumbramientos indirectos, es decir, el reflejo de la luz en las fachadas de los edificios o en las lunas de otros vehículos, ya que también pueden provocar una ceguera inesperada. Para evitar los reflejos lo mejor es que tengas a mano las gafas de sol, que despliegues la visera y que evites mirar directamente al foco de luz.

Por la espalda

Aunque no seas consciente de ello, tus retrovisores también pueden deslumbrarte cuando reflejan la luz que llega desde atrás (del sol o de otros coches con los faros mal regulados). Los espejos pueden multiplicar el deslumbramiento de los reflejos procedentes de distintos puntos.

El deslumbramiento es un peligro frecuente para el conductor. Tanto en conducción nocturna como en diurna y especialmente en días de verano, más luminosos.

Gafas de sol

Utilizar gafas de sol polarizadas y con cristales de color azulado es una muy buena opción cuando conduces con el sol de cara, puesto que ayudan a evitar deslumbramientos. No obstante, debes evitar circular con gafas de sol durante la noche o en zonas oscuras como los túneles.

Parasoles

Los parasoles son de gran ayuda en momentos puntuales de gran deslumbramiento. Además, como también pueden colocarse sobre la ventanilla de la puerta, pueden evitar los deslumbramientos laterales.

Paradas de seguridad

Conducir durante muchas horas con alta luminosidad o con el sol de frente aumenta la fatiga visual, por lo que es recomendable que realices paradas frecuentes para descansar. Asimismo, debes ser consciente de que el efecto del deslumbramiento se agrava con la edad, con algunas enfermedades y tras consumir alcohol y ciertas drogas y medicamentos.

Cristales limpios

Es muy importante que mantengas las lunas del coche limpias, especialmente las delanteras y traseras, ya que si circulas a contraluz, las manchas y la suciedad producen un efecto difusor que multiplica el deslumbramiento. Además, la suciedad reduce notablemente la visibilidad.

Cuidado con la velocidad

En situaciones de poca visibilidad lo mejor es circular despacio, puesto que un exceso de velocidad junto a una visibilidad reducida puede provocar fácilmente un accidente de tráfico.