El Mazda CX-3 fue desarrollado pensando en los clientes, no en los competidores, y fue un éxito inmediato desde su presentación en el 2015», dicen en la marca japonesa. Era el primer SUV pequeño de Mazda y enseguida se convirtió en su número dos de ventas en Europa, muy cerca del CX-5. Durante el 2016, el CX-3 supuso casi la cuarta parte de las ventas de vehículos de Mazda en Europa.

Con el nuevo Mazda CX-3, el fabricante mejora un producto que, afirman, ya era muy bueno: «elevar el listón de la calidad y potenciar los atributos de libertad y adaptabilidad absolutas que han hecho conectar este modelo con tantos conductores», añaden. La actualización del modelo ofrece mejoras en el comportamiento y el confort de marcha de la tecnología G-Vectoring Control (GVC) como parte de su equipamiento de serie. Mazda también amplía las avanzadas tecnologías de seguridad i-Activsense del CX-3.

La flexibilidad también está en la variedad de elección: motores de gasolina (2.0 Skyactiv-G de 120 y 150 CV) o diésel (2.0 Skyactiv-D de 105 CV), cambio manual o automático y tracción delantera o total inteligente i-Activ. La tecnología Skyactiv está por todas partes en un modelo ahora más silencioso gracias a las mejoras en insonorización y a medidas especiales adoptadas para reducir las vibraciones de los diésel.

Por dentro, el habitáculo del CX-3 se beneficia de un diseño más refinado, con mayor calidad y funcionalidad. Destaca un nuevo volante con una parte central más pequeña, una forma más estilizada y mejores acabados. Ahora, los mandos horizontales están integrados en dos bloques, uno a cada lado de la zona central, para facilitar su manejo.

La pantalla Head Up Display a todo color sustituye a la monocromo y dispone de mayor definición, brillo y contraste. Por ejemplo, ahora los avisos aparecen en rojo y ámbar. Las pantallas LCD del panel de instrumentos también ofrecen un mayor contraste y un ángulo de visión más amplio. Además, en función del nivel de equipamiento, los retrovisores exteriores incorporan función de plegado automático.

El exterior prácticamente no ha cambiado. Al fin y al cabo, este modelo fue finalista del World Car Design of the Year 2016, llevándose el gran premio el Mazda MX-5. Por ello, el CX-3 puede seguir presumiendo de lucir uno de los mejores diseños de su segmento.

Bien equipado en seguridad

El CX-3 utiliza las tecnologías más avanzadas de seguridad i-Activsense, que emplean radar y cámaras para detectar peligros y prevenir colisiones. Si el accidente es inevitable, la carrocería Skyactiv-Body protege a los ocupantes con estructuras inteligentes capaces de absorber la energía del impacto y canalizarla fuera del habitáculo.

Este paquete se compone de faros led adaptativos, sistema de asistencia a la frenada en ciudad avanzado, sistema de emergencia, reconocimiento de señales de tráfico y detector de fatiga. Se mantienen otras tecnologías como el control de crucero adaptativo, control de ángulo muerto con alerta de tráfico trasera y sistema de alerta de cambio involuntario de carril.

El Mazda CX-3 se convirtió en toda una referencia dentro de los SUV deportivos. Ahora, el nuevo CX-3 sube el nivel con auténticas mejoras. Los precios arrancan en 21.295 euros en la gama de gasolina y 22.745 euros en diésel.