Cerca de un centenar de medallas en los campeonatos de España advierten del potencial del Club Escuela Gimnasia Rítmica de Zaragoza. De ellas, once -cinco de oro, tres de plata y otras tantas de bronce- se consiguieron en un 2019 que pasó a la historia como uno de los años dorados de la entidad presidida por Isabel Montoya y que cuenta con la ilustre presencia de una gimnasta olímpica, Esther Domínguez. Desde benjamín a Primera categoría, el Club Escuela, en su 40 cumpleaños, es referencia de un deporte en el que ya es uno de los más laureados.

«Todo comenzó en 1980, el año de la fundación. Lo que nos está pasando es fruto de la constancia y del trabajo de un cuerpo técnico cuya directora es Noelia Arias, pero por el que han pasado muchos técnicos y padres, unas figuras esenciales para asumir los viajes o la presencia de las chicas en los entrenamientos», indica Montoya, que cumple su décimo año en el club, seis de ellos en la junta. «Somos siete personas que, sin compensación económica, intentamos que todo funcione de la mejor forma posible. Es un trabajo de muchas horas de dedicación exclusiva, sobre todo por parte de las gimnastas, con mucho entrenamiento, así como de los entrenadores».

De hecho, la preparación de un montaje competitivo para un Nacional supone una dedicación de alrededor de 20 horas semanales. «Si esto no se lleva dentro y no te gusta es imposible dedicarle tanto tiempo. Nos dedicamos a la gimnasia recreativa en actividades extraescolares, y también tenemos una sección de promesas, que es un nivel algo más avanzado. Luego está el nivel de competición autonómico y nacional. En el primero contamos con 50 niñas y en el segundo con 60».

Pero la exigencia es tanta que muchas gimnastas se retiran ante la dificultad de compaginar el deporte con los estudios «aunque hemos tenido chicas de 20 años de alto rendimiento», expone Montoya. «Para representar a la selección española tienen que ser escogidas por la Federación. Tuvimos en seguimiento a Isabel Pedrajas, que fue al equipo nacional individual júnior pero se lesionó, y ahora ha sido convocada Lucía Tomás, una gimnasta de categoría infantil, a las jornadas de tecnificación de la Federación Española». Además, once niñas están presentes en las que lleva a cabo la aragonesa.

Las cosas no pueden ir mejor. El año pasado, Leyre Biota logró el bronce en la final por aparatos, mientras que Alexandra Orac y Carla Littardi se hicieron con el oro en el individual por equipos y Alba Saiz y Laura Martínez, que fue campeona con su ejercicio de pelota, fueron subcampeonas en el Nacional celebrado en Zaragoza. Por equipos, el Club Escuela obtuvo en el Campeonato de España cuatro medallas -dos de ellas de oro- y mantuvo la primera categoría. «Estamos orgullosos de lo que estamos consiguiendo porque esto es un trabajo de todos: técnicos, padres y gimnastas. Se está recogiendo lo que llevamos años sembrando, pero también la suerte tiene mucho que ver para que las niñas luzcan el trabajo en el tapiz. Cualquier mínimo error cuesta una medalla».

Hay cantera, aunque la competición es dura. «Muchas tienen una gran proyección pero el nivel es alto y se quedan por el camino», indica Montoya, que subraya la paulatina inclusión de la gimnasia entre los chicos. «Cada año hay más participando a nivel nacional. Nosotros tenemos a tres. Uno de ellos, Marcos Sanagustín, compite en nivel absoluto en infantil y en la autonómica tenemos a Alejandro Haltih, mientras que Alessandro Rodenas está en primer año nivel prebenjamín». En total, en Aragón hay ocho chicos gimnastas, aunque no pueden participar a nivel nacional en conjuntos aunque sí en individual. «Se está intentando abrir una puerta a los conjuntos mixtos, algo que ya existe a nivel autonómico».