Yaiza Miñana es puro talento, disciplina, esfuerzo, dedicación y una extraordinaria dosis de amor por la montaña. Es un cóctel perfectamente agitado que sabe a campeona. La joven zaragozana, de tan solo 20 años, tiene una trayectoria envidiable y lo mejor de todo es que tan solo es el comienzo. Le espera un futuro brillante en el mundo del trail, su gran pasión, un amor que encontró casi por sorpresa, si bien nada es casualidad.

Aunque vive y estudia en la gran ciudad, tiene el alma en la montaña, tanto que el Pirineo, para ella, «es felicidad cerca de casa» y lo que marca sus planes («no me imagino mi futuro lejos de las montañas»), que pasan por estudiar en Huesca Nutrición y Dietética, otra de sus pasiones. Junto a su familia ha pasado en las alturas horas y horas e iba con sus padres y el club a hacer multitud de actividades. Pero un buen día empezó a correr «para sufrir menos en el monte» y encontró en el trail una meta de oro.

«Empecé a competir con el grupo de tecnificación con el que he estado cuatro años. El primer año que corrí la Copa de España vi que ganaba y que podía destacar en algo y si me ponía a entrenar más seriamente y a hacer algo más podía llegar a tener futuro. Ahí empecé a apostar más por los entrenamientos y por dejar de ir tanto al monte a hacer alpinismo», relata Yaiza.

Desde entonces, casi nada. Desde que compite ha participado en todos los Mundiales con la selección española y entre sus logros, cuya lista es muy, muy larga, destacan el tercer puesto conseguido en el Mundial de Sky Running, una Copa de España, un Campeonato de España de Kilómetro Vertical o dos séptimos puestos en el Mundial de Kilómetro Vertical, todo ello en categoría júnior.

Los éxitos que ha alcanzado hasta ahora tienen un componente de talento innato con altas dosis de empeño. Resulta muy paradójico que Yaiza esté alcanzando las cotas más altas en competiciones nacionales e internacionales de gran renombre y que corra a través de la montaña con grandes desniveles viviendo en Zaragoza, una ciudad prácticamente llana. La solución es sencilla, pero de difícil aplicación: «La motivación». «Hay que estarlo mucho para entrenar carreras de montaña en una ciudad como Zaragoza. Me automotivo con la zona de Juslibol, donde suelo entrenar, y también en el gimnasio», cuenta.

Además entra en juego su gran competitividad. Cuando era pequeña, relata, en una clase de Educación Física «un profesor me dijo que no valía para correr y aquí estoy». Ese tesón lo traslada a todos los ámbitos de la vida, aunque con especial ahínco en el deporte, donde explota su principal virtud: «El talento es la buena cabeza, por ser muy cuadriculada. Soy muy competitiva, sobre todo conmigo misma. Si corro una carrera, sé que lo he dado todo y me han ganado, me va a fastidiar. Ahora estoy más tranquila que en años anteriores, donde sí que me enfadaba más». De hecho, su límite está en un punto más lejano al de la mayoría de los mortales ya que, en una ocasión, hasta entró en meta casi desmayada. «Pasó en un Campeonato de España. Me quedaba un kilómetro y cuando ya había pasado de la senda al pueblo, en el paso al asfalto, me quedé ciega y seguí corriendo sin saber hacia dónde iba. Marchaba tercera y me estaba cogiendo la cuarta y no podía perder», rememora Yaiza.

Un año clave

Si los anteriores ya han sido brillantes, este año apunta a ser todavía mejor para Miñana. Cambia a categoría sub-23, en su preparación ha incluido los crosses, en los que «no me como una rosca, pero al menos me viene bien para pegarme buenos calentones y adquirir una chispa interesante», tiene un entrenador, Rafa Flores Andreu, «que es el correcto y cuyo método es muy bueno», y por si fuera poco «me encuentro mejor que nunca», cuenta.

Entre sus objetivos destacan los Nacionales en línea y de Kilómetro Vertical para adquirir una plaza en la selección española para los Mundiales. Además, participará en la Transvulcania y correrá la media maratón. Eso sí, reconoce que en el futuro «no me veo haciendo esto profesionalmente porque es muy sacrificado, pero sí compaginándolo con la vida laboral y compitiendo a gusto, sin estrés ni compromisos», termina. Así es Yaiza Miñana, una amante del trail que deja una reflexión: «¿Locos? Entre nosotros nos vemos normales».