Han llegado incluso a pararle por la calle para preguntarle qué lleva en esa bolsa gigante que cuelga de su espalda. María Sancho está acostumbrada a tener que explicar lo que hace, así que allá va una vez más. «Empecé con tres años porque mis padres vieron que me soltaba mucho en el agua en la playa y pensaron, vamos a apuntarla para que sepa nadar por lo menos, y vieron un cartel del club CADAS, me apuntaron y hasta hoy, me gustó y no lo he querido dejar. De pequeña utilizas menos las aletas, cada vez más y ahora siempre. Cada vez usas materiales más duros que tienes que hacer más fuerza para moverlos. Pero siempre con aletas», señala.

Esta zaragozana estudiante de segundo de magisterio compite en apnea y superficie. «Apnea es nadar sin respirar pero con velocidad, son 50 metros, un largo. Superficie es lo mismo, velocidad, pero nadas con tubo», indica. Se entrena todos los días en la piscina de Bomberos y en el Siglo XXI porque en la capital aragonesa no hay una piscina municipal cubierta de 50 metros desde que cerró la del Parque Deportivo Ebro. «Solo podemos entrenar en piscinas de 25. Y las competiciones son todas en piscinas de 50, con lo cual nos cuesta más adaptarnos. Otros clubs tienen más posibilidades porque tienen mejores instalaciones», indica.

Es un problema que repercute directamente en las opciones de María Sancho para ser internacional, su gran objetivo. «En velocidad me gusta más piscina de 25 porque con el viraje te impulsas y tomas velocidad. En la de 50 si pinchas a mitad tienes que tirar hasta el final. Y si lo entrenas, pues bien, pero nosotros no podemos entrenarlo. Las mínimas para entrar en la selección hay que hacerlas en piscina de 50, no vale en las de 25, lo ven más fácil».Fue internacional júnior y ahora quiere llegar a la absoluta. «Hay mucho nivel, unas marcas que cada vez van bajando más. Hasta que no entre no voy a parar. En apnea me quedé a cuatro décimas, en 100 a un segundo y en 50 superficie, a tres segundos», relata la nadadora.

Nacida en 1999, María Sancho compite en el CADAS, el Club Aragonés de Actividades Subacuáticas, único en la comunidad. «Hacemos una Liga que es una vez al mes, en Navarra, País Vasco o Zaragoza. Las competiciones importantes son en diciembre, marzo y julio, que son los Campeonatos de España. Las Ligas son para ver cómo vamos pero no nos jugamos nada». Pese a las dificultades, los resultados no son nada malos. «Dentro de nuestras posibilidades quedamos terceros en el último Campeonato de España y dadas las instalaciones tenemos bastante nivel. Otros clubs tienen mejores instalaciones, muchas ayudas, pero no hay mucha diferencia con nosotros. Pensamos que tampoco nos va tan mal entrenar aquí, aunque sería mejor tener tener una piscina de 50».

La natación con aletas requiere de un material distinto que corre a cargo de los nadadores. «Bañador utilizamos el fast, un traje largo que cuesta mucho ponértelo porque es piel con piel, desliza mejor el agua y ganas velocidad. El tubo para pruebas de superficie, la monoaleta que es como la cola de la sirena, las aletas y la escafandra, que es otra modalidad, que no llevas tubo sino la bombona de oxígeno. El material te lo costeas tú. La monoaleta son unos 600 euros, las aletas unos 100, el fast unos 300 euros y luego a veces nadamos con máscaras que cuestan 13 euros, en las gafas depende de lo que te quieras gastar, el tubo unos 25 euros... Y luego ir a la competición, que vayan los padres por otro lado. Todo dinero. No tenemos ninguna ayuda. Estos últimos años a algunos nadadores nos han subvencionado con unos 1.000 euros, pero nada más», explica. Un deporte que hay que practicar a pleno pulmón.