Bélgica debutó ayer en el Mundial con un difícil triunfo ante Argelia (2-1) en un ajustado partido que resolvieron dos goles de jugadores suplentes ante un voluntarioso rival que se puso por delante en el primer tiempo. Marouane Fellaini y Dries Martens, que empezaron el duelo en el banquillo, marcaron los tantos belgas en los últimos veinte minutos de juego y revirtieron el gol de penalti de Sophiane Feghouli a los 25 minutos.

Bélgica, la selección más joven y plagada de figuras, tuvo problemas ante una Argelia agazapada en defensa. El equipo africano tocó el balón y presionó en los primeros minutos, aunque rápidamente atrasó sus líneas y esperó a los belgas con los once hombres en su propio campo. Hazard buscaba buenas líneas de pase por la banda izquierda y el centro del ataque, pero Argelia taponó las vías de juego con una presión asfixiante sobre Dembele y Witsel en la medular.

Un penalti convertido por el valencianista Feghouli adelantó a los africanos. En la segunda parte, Bélgica reaccionó con los cambios de Wilmots. De Bruyne puso un centro al área y Fellaini conectó un potente cabezazo. Era el 1-1. La presión belga dio sus frutos con un pase magistral de Hazard, que Mertens aprovechó para cantar victoria.