Dos tipos se han empeñado en llevar la alegría a una selección acostumbrada a las desgracias. Antes del Mundial sufrió otra, como la pérdida por lesión de su estrella Radamel Falcao. De uno de los tipos habla todo el mundo. Es James Rodríguez, el pichichi del Mundial, un excelente mediapunta que suma cinco goles y ya está en la agenda de Florentino Pérez. Del otro se habla menos. Es Juan Guillermo Cuadrado, un extremo voraz, imprevisible y letal. Un carrilero explosivo. El alma de Colombia.

«Todo el mundo habla de James. Le admiro, es un gran jugador, pero para mí el mejor es Cuadrado. Es más desequilibrante por su gambeta y su cintura. Si le das ventaja, es incontenible», reflexiona el brasileño Fernandinho, que hoy será titular por la sanción de Luiz Gustavo.

No le falta razón al mediocentro. Cuadrado (Necoclí, 26 años) está firmando un campeonato extraordinario. Nadie como él representa el poder de una selección impetuosa y atractiva, que ya ha logrado el mejor resultado de su historia en los Mundiales. El jugador del Fiorentina es un portento físico. Músculo, potencia, resistencia, fuerza y talento se conjugan en un futbolista de 1,77 metros, que es letal cuando experimenta su máxima aceleración.

Líder de asistencias

Su posición favorita es la de volante, pero en la práctica es un extremo de tremendo recorrido que puede jugar de lateral. Más de un culé lo vería como el recambio perfecto de Dani Alves, aunque el Bayern de Guardiola también lo quiere. Joven y hambriento de éxitos, Cuadrado es clave en la selección cafetera. Ha participado en casi todos los goles y es el líder de asistencias del torneo (4), por delante del holandés Blind (3). «Brasil tiene a Neymar, Argentina a Messi y nosotros a Cuadrado, un puñal en el uno contra uno», dice Carlos Osorio, el exjugador colombiano que dirige al Atlético Nacional.

Cuadrado empezó de delantero a los 18 años en el Urabá, pero pronto retrasó su posición. Lateral en el Independiente de Medellín, fue fichado por el Udinese en el 2009, pero su destape se ha producido en el Fiorentina en las dos últimas temporadas. En Brasil está en su mejor momento. La pasión de Colombia pasa por sus botas.