Venía Pelé, que entonces tenía 21 años, castigado de un duro año con el Santos. Sus piernas, jóvenes, poderosas y, sobre todo, eléctricas notaban el peso de los partidos. Y, especialmente, de las patadas que recibió. Llegó a Chile en 1962 dispuesto a establecer su reinado mundial, pero apenas jugó dos partidos con Brasil.

Estaba lesionado. Sus músculos estallaron y el país, como ha pasado ahora, se vino abajo. Entró en una profunda depresión, temiéndose lo peor, sintiéndose incapaces de defender el título conquistado cuatro años antes en Suecia con un adolescente delicioso (Pelé tenía 17 años). "Todo el mundo en Brasil estaba llorando. Solo yo estaba alegre y no por lo que le pasó a Pelé y sí por tener la oportunidad de demostrar lo que yo podía para la selección y cuando llegó la hora de jugar lo hice como lo hacía en el Botafogo", recordó ayer Amarildo, el jugador elegido para suplir a ese joven diamante.

"Quien tenga que entrar y quien tenga la misión de substituir a Neymar tiene que hacerlo con altura. ¿Quién sabe si el equipo no mejora sin Neymar?. Brasil ganó el Mundial de 1962 sin Pelé y ahora tiene todo para ganarlo sin Neymar", recordó el hombre que suplió hace 52 años a un jugador que estaba destinado a ser una leyenda. Y lo es. Pero la depresión se ha instalado en los casi 200 millones de aficionados brasileños.

Mientras Scolari estudia medidas para combatir tan dramática ausencia (Willian y Bernard son las más simples, mientras la de Luiz Gustavo, Ramires y Henrique implicaría un cambio más profundo), Pelé rememoraba el dolor del 62. "Me duele el corazón", contó ayer O Rei, conmocionado como todos sus compatriotas por ese terrible rodillazo que recibió Neymar en su espalda que le envió a casa. Imaginaba el delantero del Barcelona estar camino de Maracaná y se subía a un helicóptero para abandonar el centro de entrenamiento de la selección brasileña. "Yo me lesioné en la Copa de 1962 en Chile y quedé afuera. Pero Dios le hizo un regalo a Brasil con la conquista de aquel Mundial. Espero que ocurra lo mismo con esta selección", afirmó Pelé, seguro de que los compañeros de Neymar le ayudarán a besar el trofeo.

No tiene Brasil, sin embargo, el equipo (Vava, Didi, Garrincha, cuatro goles hizo, Djalma Santos, Mauro, Zagallo...) que tenía entonces. No tiene, por ejemplo, a Garrincha, el auténtico líder de aquella Copa por mucho que Amarildo supliera bien a Pelé. "Brasil tiene que luchar con o sin su crack, esa falta de Zúñiga fue de lucha libre", zanjó O rei.