Irán y Nigeria firmaron ayer el primer empate a cero del Mundial, un resultado que premió el esfuerzo colectivo del conjunto que dirige el luso Carlos Queiroz, que desesperó a un inoperante y desacertado campeón africano. Las Súper Águilas Verdes perdieron una magnífica oportunidad para comenzar con una victoria que les acercara a la lucha por la segunda plaza de un grupo que comanda Argentina. El desarrollo del encuentro fue el previsible. Irán, un equipo limitado pero solidario, se resguardó en su campo, con constantes ayudas, para frenar las alocadas acometidas de Nigeria. Nigeria llevó la iniciativa, pero nada más. Obi Mikel trató de dirigir sin éxito y ni Musa ni Moses pudieron hacer valer su velocidad.