Con caras largas y pocas palabras, la selección española ha aterrizado a la una del mediodía (seis de la tarde en España) en Curitiba procedente de Río de Janeiro, tras su derrota ante Chile (0-2) y su eliminación del Mundial de Brasil. La ciudad donde 'la Roja' se instaló hace solo 11 días para preparar la defensa del título será también la última en la que jueguen los internacionales de Vicente del Bosque. El próximo lunes se enfrentarán a Australia (18.00, hora española), la otra eliminada del grupo B, en un partido intrascendente que se asemejará a un funeral.

Después tocará hacer las maletas, regresar a Madrid y analizar fríamente qué ha sucedido para que la actual campeona del mundo abandone la competición a las primeras de cambio y humillada. Algunos apuntan a la falta de renovación (la edad media es algo más de 28 años, la mayor de todo el torneo); otros, a la mala preparación (solo ha disputado dos amistosos, ante Polonia y El Salvador); también hay quien incide en la baja forma física (tras una temporada larguísima, algunos jugadores han saltado al campo tocados).

A todo ello deberá dar vueltas el seleccionador, que tras caer en Maracaná reconoció que necesitaba "un periodo de tiempo para pensar". El futuro de Del Bosque al frente de 'la Roja' también es más incierto que nunca. ¿Renunciar o continuar? El técnico firmó en noviembre la renovación de su contrato hasta la Eurocopa 2016. Pero ya entonces advirtió: "Si al final del Mundial no nos sentimos cómodos y supone un trastorno para la federación, no será un problema difícil de resolver". La decisión está en sus manos.