Aires de cambio circulan por Krasnodar antes de volar hoy mismo a Kaliningrado, la ciudad que acogerá el tercer partido de España en el Mundial ante una desahuciada Marruecos. Aires de cambio por mucho que Fernando Hierro, el seleccionador, no haya dado pistas sobre los jugadores que descansarán (Silva e Iniesta figuran en esa lista) ni tampoco sobre sus posibles sustitutos: Saúl, Thiago, que era intocable para Lopetegui y ahora perdió esa condición, y Marco Asensio figuran en esa otra relación. Y todo buscando el punto para ir a los octavos de final.

A España le falta ese punto y también ese punto de energía que le active después de emitir señales desconcertantes, especialmente en el sufrido triunfo sobre Irán. Necesita, sobre todo, refrescar algunas piezas que vienen gastadas por una dura temporada, unido, además, a un terrible inicio del Mundial con el tsunami del cambio de seleccionador: Hierro por Lopetegui, apenas 48 horas antes del estreno con Portugal. Un terremoto que parecía apagado hasta que Saúl, otro de los posibles candidatos a inyectar sangre nueva a España, lo devolvió al escenario mediático. «Julen merecía seguir con nosotros. A dos días de empezar el Mundial no era el momento adecuado», contó el joven jugador del Atlético de Madrid (23 años) a Televisión Española (TVE), encendiendo un fuego que ya parecía acabado. «Fue algo sorprendente, a pesar de que puedas tener tus motivos y tener tus razones,. Llegó en un momento en que no fue el adecuado, Julen se merecía seguir tras llevar dos años preparando el Mundial», dijo.

AJENO AL RUIDO / Hierro, ajeno a todo ese ruido que ha precedido su llegada al banquillo, iniciará hoy su undécimo día como seleccionador, barruntando los cambios que demanda la selección. En el primer partido, mantuvo la idea y la táctica de Lopetegui. Quizá solo introdujo un matiz: Koke por Thiago. El exazulgrana era uno de los jugadores más usados por Julen en la fase de clasificación. Con el cambio de inquilino en el banquillo, el actual centrocampista del Bayern de Múnich ha perdido peso. Falta ver ahora si lo recuperará mañana ante Marruecos. Para esa plaza hay muchos candidatos y Lucas Vázquez, sin ir más lejos, ha pasado por delante de Marco Asensio.

No solo jugó cuatro minutos ante Portugal supliendo a Silva sino que fue titular contra Irán en una de las modificaciones tácticas más importantes en la brevísima era Hierro con España. Ahora, además, tendrá la oportunidad de reencontrarse en Kaliningrado con Benatia, el central marroquí de la Juventus. «El VAR no hubiese cambiado nada. Quizá habría existido menos polémica porque lo que pitó el árbitro fue justo», afirmó Lucas Vázquez recordando el polémico penalti que sufrió del defensa de la Juventus en los cuartos de final de la Champions en el Bernabéu.

Hierro no tocó apenas nada en el primer partido. Sí que cambió cosas e importantes en el segundo (prescindió de Koke y apostó por Lucas para abrir el campo), mientras ahora sabe que la selección, que tiene una unidad A claramente definida (nueve titulares indiscutibles), precisa de piernas frescas. «Nosotros no echamos cuentas», recordó Lucas Vázquez en su comparecencia. «Queremos ser primeros de grupo y hacer bien nuestros deberes», añadió el jugador madridista sin darle importancia al posible cruce de octavos con Rusia, la anfitriona, o Uruguay, una selección llena de carácter y con delanteros temibles como Suárez y Cavani. Se suben hoy los 23 jugadores al avión camino del Kaliningrado mirando de reojo a Hierro, sobre todo la unidad B que va cruzando los dedos para que el técnico inyecte sangre nueva.