Desde que se agachó en Sochi ante Portugal y dejó que su cuerpo se alejara de sus manos (o viceversa), toda España no deja de mirarle. Anda De Gea obnubilado por el potente foco que ilumina la portería de La Roja. Una portería inestable, ocupado por un chico tímido e introvertido que suele construir, ya sea en el éxito o en el error, un potente caparazón a su alrededor. Así de agazapado anda el guardián de la casa, al igual que todos los jugadores, que no entienden tanta crítica a una selección que ha terminado primera de grupo en un Mundial que se ha llevado por delante a colosos como Alemania.

Se miraba antes solo a De Gea, luego la luz del debate acabó llegando incluso a leyendas como Ramos, irreconocible ante Marruecos, o Piqué, despistado en un saque de banda que provocó, eso sí, la primera parada del meta del United en este Mundial. A los 205 minutos de competición.

Es tan grave, por mucho que los jugadores estén escocidos por tanta crítica al mal juego, que la luz del foco ha cambiado de destino. Se mira ya también, y con mucha atención, a Fernando Hierro, el nuevo seleccionador. Hasta ahora parece haber sido absolutamente respetuoso con todo lo que dejó escrito Lopetegui antes de fichar por el Madrid. No ha tocado nada, solo matices obligados en el lateral derecho (Nacho hizo de Carvajal antes de que este se recuperara) y va rotando, Koke o Thiago, en el escolta de Busquets en el centro del campo.

Ahora, en cambio, la pregunta es de mayor magnitud. ¿Hará Hierro un Sampaoli? El técnico argentino, traicionado por los pies poco delicados de Caballero que se enredaron ante Croacia, cambió de portero en pleno Mundial. Quitó a Willy, el suplente del Chelsea, y se puso en las manos de Franco Armani (31 años, 0 partidos como internacional antes de debutar el pasado martes en Rusia). El gol de Messi a Nigeria perdurará en la memoria, el de Rojo ya es historia, pero pocos recordarán que Armani tuvo una intervención decisiva, con 1-1 en el marcador.

¿Existe algún Armani en España? No. Hierro, si decide prescindir de «uno de los tres mejores porteros del mundo», como calificó él a De Gea antes del duelo contra Irán, tiene dos opciones: Reina y Kepa. A sus 35 años, Reina lleva cuatro Mundiales y un solo partido defendiendo la portería de España. Hace cuatro años jugó en Curitiba ante Australia cuando la selección ya estaba eliminada. Ahora, además, ha vivido esta última semana unos ligeros problemas físicos (padecía una «sintomatología cervical»), que le alejaron del césped. Pero ya trabaja con normalidad con el grupo. La segunda opción es Kepa, el prometedor guardameta del Athletic. Apenas 23 años y un solo partido con España, el amistoso con Costa Rica.

Vive Hierro una encrucijada en la portería que no se recuerda desde hace 18 años en La Roja cuando Camacho cambió en plena Eurocopa del 2000 a Molina por Cañizares, con la desgracia de que el noruego Iversen sentenció su carrera como internacional en un balón aéreo.

Se acerca Rusia y ya no se mira solo a De Gea o la permeable estructura defensiva de España (seis remates a puerta, cinco goles encajados y una sola parada) sino que se escruta cada gesto de Hierro. Se analiza cada gesto y cada mirada del técnico para saber si repetirá en Moscú lo que hizo Camacho en Rotterdam. Y si Cristiano Ronaldo será ahora el Iversen de David.