El Gobierno francés ha previsto un operativo de seguridad excepcional para un fin de semana igualmente excepcional que encadena la fiesta nacional francesa del 14 de julio con la final del Mundial. En todo el territorio nacional se desplegarán un total de 110.000 policías y gendarmes y unos 400 efectivos de bomberos.

«Se ha dispuesto todo para que los franceses puedan vivir estos momentos de fiesta con total tranquilidad a pesar de un contexto de amenaza que sigue siendo alto», dijo el ministro del Interior, Gérard Collomb, durante la presentación del operativo.

El país vive bajo la amenaza constante del terrorismo cuando se cumplen dos años del atentado de Niza que costó la vida a 86 personas en el Paseo de los Ingleses. Los servicios de seguridad están en máxima alerta porque al riesgo de atentado se añadirá el reto de gestionar el previsible entusiasmo popular si Francia gana el Mundial.

Las calles francesas estallaron cuando el equipo de Didier Deschamps venció a Bélgica en semifinales, así que cabe esperar que la euforia se multiplique con una victoria frente a Croacia y, con ella, la posibilidad de altercados. Especialmente sensibles serán las zonas al aire libre reservadas en numerosas ciudades para que los fans sigan el partido a través de pantallas gigantes de televisión. En París se instalará una con capacidad para 90.000 personas al pie de la Torre Eiffel. En toda Francia habrá unas 230 áreas de este tipo con rigurosos controles de acceso. Las autoridades calculan que si Francia gana el Mundial, un millón de personas se lanzarán a festejar el triunfo en los Campos Elíseos. El presidente francés, Emmanuel Macron, volará a hoy a Moscú.