Sacar una sonrisa y acompañar a las personas sin hogar es el objetivo de unos ayudantes solidarios que los Reyes Magos de Oriente se han buscado para que sus regalos lleguen también a quienes duermen en la calle.

Se trata de la ONG Bokatas Zaragoza, que ha redactado una carta a los Reyes Magos que está difundiendo por redes sociales para que la gente "apadrine" un regalo que entregarán el 6 de enero a estas personas de las que, denuncian, la sociedad se olvida en estas fechas navideñas.

"Ya que todos nosotros vamos a tener regalos esta Navidad, queremos hacerles partícipes de ello", explica en una conversación con Efe el coordinador de Bokatas Zaragoza, Pedro Casanova, mientras prepara las bolsas con comida que repartirá junto con el resto de voluntarios esa misma noche a las personas sin hogar de la capital aragonesa.

Una charla amiga

Una charla amigaNo visten coloridas capas ni viajan en camello pero, al igual que Melchor, Gaspar y Baltasar, el voluntariado de Bokatas busca repartir ilusión el día de Reyes.

Colonias, mochilas, equipaciones deportivas y novelas son algunos de los más de cincuenta regalos de una lista con la que Bokatas no pretende tanto cubrir necesidades que podrían satisfacer las personas sin hogar acudiendo a los servicios sociales, sino sacarles de la rutina y hacerles sonreír, cuenta Casanova.

Aunque la "excusa" con la que trabajan en la ONG es repartir bocadillos y, ahora, toallitas y mascarillas, su trabajo va más allá.

"Buscamos hacer un acompañamiento que les permita desahogarse, que nos cuenten un poco su vida, que se sientan apoyados y combatir la exclusión social que sufren con una charla amiga", relata el coordinador de la ONG, formada por jóvenes estudiantes en su mayoría.

Cada una de las nueve rutas de Bokatas Zaragoza tiene sus voluntarios asignados y se conocen desde hace meses o incluso años, por lo que han generado "una relación de confianza y cariño" con las personas sin hogar y saben qué regalos les harán más ilusión.

Así, además de los clásicos, entre las peticiones hay presentes tan concretos como un accesorio del Real Zaragoza, otro del Real Madrid, unas galletas Campurrianas o el libro "La sombra de Quinto Sertorio", de J. C. Gabilondo.

La pandemia en la calle

La pandemia en la calleBokatas llegó a Zaragoza en 2015, estando presentes también en Madrid y Valencia, y, desde entonces, recorren dos noches a la semana las calles de la ciudad.

No lo hacen por el día porque a esas horas las personas sin hogar "se mueven mucho", admite Casanova, y es más difícil encontrarlos.

Antes, veían a unas ochenta personas, que se redujeron a la mitad con la apertura del albergue provisional de Tenerías durante el primer estado de alarma.

Sin embargo, ahora, con el pabellón cerrado, visitan a un centenar de personas sin hogar, precisa el voluntario, que ha detectado un "cambio" con la llegada de la pandemia, ya que algunos han salido de la situación de calle con las nuevas ayudas sociales pero otros han llegado nuevos.

El covid-19 les ha quitado los contactos estrechos, el darse la mano o el charlar horas y horas dentro de un cajero, pero la esencia de Bokatas sigue en pie.

"A pesar de que el contacto es un poco más frío, la relación es igual que siempre", reconoce Casanova.

Rompiendo prejuicios

Rompiendo prejuiciosEste año marcado por la pandemia, Casanova nota una solidaridad mayor, pues apenas dos días después de lanzar la campaña en Instagram ya tenían casi todos los regalos apadrinados aunque, recuerda, quien quiera donar puede contactar con ellos hasta este domingo, 3 de enero.

El voluntariado espera ansioso la ruta especial del día 6, en la que se ponen en la piel de los Reyes Magos y, en palabras de Casanova, experimentan una sensación "increíble", porque las personas sin hogar quedan sorprendidas cuando les ven aparecer en un día que no es habitual de ruta -salen martes y jueves- con regalos y un trozo de roscón donado por una empresa aragonesa.

"Yo el año pasado me estuve hasta las dos de la mañana. Lo agradecen muchísimo y da pie a estrechar un poco más ese lazo que nos une", rememora el voluntario, que quiere romper el aislamiento que sufren estas personas debido a los prejuicios sociales.

"No cuesta nada acercarse a una persona y decirle '¡Feliz Navidad!' o '¡Buenos días!'", subraya Casanova, que pide a la gente que les lance una sonrisa, aunque sea a través de la mascarilla, y entienda que dormir en la calle es una situación que "nadie ha pedido".

"Aunque crean que no se puede hacer nada, se puede hacer mucho", concluye el voluntario.