Durante esta época del año la gastronomía es una pieza clave en todas las celebraciones navideñas. Entre turrón, mazapanes, ternasco y uvas, llega el tan esperado roscón de Reyes para poner fin al estrés gastronómico que se vive durante estas semanas y que hará que más de uno suba algún kilo que haya merecido la pena. Además, los roscones, como las personas, los hay muy variados. Por eso actualmente se buscan todo tipo de alternativas para que nadie se quede sin poder disfrutar de este dulce tan típico.

Hay familias que cada año cuentan con un miembro más y para eso, qué mejor que contar con un roscón de la pastelería Beyma para 30 personas, otros, por el contrario, quieren darse un atracón en soledad y disfrutar de la seguridad de que le toque la sorpresa, y para eso están los Rosquitos de la panadería Granier. Si además se da el caso de que hay algún vegano en la familia que antes se abstenía de caer en la tentación de este dulce, un Toque de Canela da la opción de poder seguir disfrutando siendo fiel a la elección elegida con sus roscones 100% veganos.

Desde este sábado, los roscones de la pastelería Beyma llaman la atención de los viandantes que no esperan a que llegue el día 6 sino que hoy ya empiezan a catar este manjar relleno de nata. Pedro es uno de los responsables de que la panadería ofrezca sin parar este dulce y asegura que el de nata «sigue siendo el más comprado pero siempre hay gente que lo quiere de trufa, de crema, de ambas o incluso vacío». En cuanto a la fruta confitada que en más de una ocasión es apartada en una esquina del plato y cuesta encontrar a alguien en la mesa a quien le guste, la encargada de la panadería, Rosamari, asegura que «es tradicional que esté presente y que aunque luego las aparten, las quieren y si no están, las reclaman».

La cadena de cortar la masa, pesar, hacer la forma, hornear, meter la figurita y rellenar, no para a pesar de que pasan las horas. «A medida que se van haciendo, se van vendiendo, esto es un no parar» comenta Pedro.

Ventas totales

En total esperan vender entre 800 y 1.000 roscones pero por el momento, no lo saben a ciencia cierta porque los días fuertes llegan ahora «en la tarde del domingo y la mañana del lunes» y al caer en lunes «facilita la venta durante todo el fin de semana».

Lo mismo opinan desde la pastelería de Ascaso en Huesca, que lleva desde este viernes vendiendo roscones y su responsable, Lourdes Ascaso está «muy contenta» con los resultados porque están «vendiendo lo previsto e incluso más», explica Lourdes,

Granier Panaderías este año también ha decidido innovar y aventurarse a fabricar sus propios roscones en su obrador con todos los productos naturales. Su responsable, Marian Granier, se muestra «encantada con esta decisión» y no se arrepiente de nada porque «los resultados están mereciendo la pena cuando la gente viene a decirnos que están muy buenos». Además de este gran cambio para adaptarse a los gustos y conseguir así una diferenciación, Marian explica que los clientes del barrio son en mayoría «gente mayor que no quiere un roscón grande» y por eso mismo llevan unos años ofreciendo los Rosquitos, unos mini roscones «para las personas que viven solas o como mucho en pareja».