Como manda la tradición, el roscón de Reyes seguirá siendo el postre habitual en la cena de la víspera o en la comida del 6 de enero. Pastelerías zaragozanas como Ascaso, Los Mallorquines o Fantoba, Bayona o La Nava señalan que la demanda no se ha visto reducida por el coronavirus y que las ventas serán, cuando menos, similares a las del año pasado. «La venta de roscón se ha adelantado muchísimo, pinta a que va a ser bastante buena como lo que ha sido la Navidad. Costó mucho despegar pero después se trabajó como siempre. Y con el roscón pinta a que va a ser igual», expresa Ivana Molina, dueña de Fantoba.

Por otro lado, la encargada del desarrollo del negocio de las pastelerías Ascaso, Sura Ascaso, reconoce que la campaña navideña ha marcado la venta de roscones y que, con la limitación de movilidad estos días, mantendrá los mismos niveles: «Seguimos la línea que nos ha ido marcando la campaña de Navidad, que no ha sido mala para como han sido las cosas. Influye la menor movilidad, y sí que ha habido cambios en la forma de consumo. Los Reyes serán igual, no nos vamos a poder mover mucho, así que el consumo será igual o incluso superior», apostilla.

Sin embargo, lo que sí ha variado este año son los tamaños. Con las reuniones familiares limitadas a seis personas, los clientes optan por consumir roscones más pequeños: «Estas fechas, normalmente, se venden los roscones grandes, pero este año por el covid, son más pequeños porque se reúnen menos en las familias. Este año, hemos decidido eliminar un roscón que era para 20 personas, porque realmente no era propio de estas fechas, y los hemos hecho más pequeños», manifiesta Miguel Catalá, uno de los tres socios de la pastelería Los Mallorquines, con presencia en Zaragoza desde hace 67 años.

La Navidad se caracteriza por sus dulces, los turrones para abrir boca y el roscón de Reyes para ir cerrando el periodo festivo, cuyo proceso de elaboración es especial: «Un roscón cuesta muchísimo más tiempo hacerlo, la elaboración es más difícil que la de una tarta. No es un simple bollo, es un roscón, y lleva mucha más alma», enfatiza Molina. En la pastelería Ascaso, ni el coronavirus ha podido cambiar el postre de siempre: «Sigue siendo la receta tradicional: agua de azahar, su mantequilla y su fermentación lenta. Todo igual que siempre», apostilla Ascaso.

Asimismo, en Los Mallorquines, según Catalá, la clave del dulce sigue siendo la levadura madre, ese proceso de la panadería antigua.