Por fin. Infiniti se ha metido de lleno en la batalla de las berlinas del segmento D con un producto que promete, más allá del diseño sobrio y la tecnología punta. La marca japonesa de la Alianza Renault-Nissan ha presentado recientemente el Infiniti Q50, una berlina del segmento premium (dominado por las marcas alemanas) que, además de estrenar denominación Q en la marca para Europa, ofrece un equipamiento de alto nivel a un precio realmente competitivo. Encontrar un vehículo de las características del Q50 por menos de 35.000 euros no es muy habitual, de ahí que apunte al éxito.

El Infiniti Q50 es una berlina de 4,79 metros de largo que ofrece un gran espacio interior. Su estética muestra los rasgos fluidos propios de la marca, con una calandra de grandes dimensiones y unos grupos ópticos traseros bastante sobredimensionados. Su diseño tiene algo de cupé, lo que le da un toque más deportivo que añade valor a la hora de tomar la decisión de compra. La zaga tiene un diseño atractivo y la tapa del maletero está rematada de forma que parece llevar un alerón integrado. El maletero tiene una capacidad de 500 litros, 400 en el caso de la versión híbrida.

En el interior tiene mucho espacio, con una consola asimétrica orientada hacia el conductor. El estilo de los relojes es muy moderno y es el primer Infiniti que dispone de una pantalla táctil doble en el salpicadero. La pantalla inferior es como una extensión del smartphone que carga aplicaciones propias y que se conecta con el teléfono para usar sus mismos elementos.

DOS MOTORES, POR AHORA

La gama la integran dos motorizaciones, al menos por ahora. Un propulsor diésel de origen Mercedes de 2.2 litros y 170 CV y un híbrido de gasolina V6 que ofrece 364 CV de potencia conjunta (302 caballos el V6 y 67 del motor eléctrico). El primero es de tracción trasera, mientras que en el segundo se puede elegir tracción total o posterior.

Una de las grandes novedades, y aciertos, de Infiniti con este modelo es la posibilidad de disponer de dos opciones de dirección, una de asistencia hidráulica y otra eléctrica (DAS, Direct Adaptative Steering) que se ofrece en el híbrido y en la versión más alta de equipamiento del diésel. Esta dirección eléctrica no dispone de conexión mecánica entre volante y ruedas (está desacoplada), lo que aísla mejor del asfalto y es muy efectivo en carreteras bacheadas. Tiene desmultiplicación variable y la relación de giro entre ruedas y volante no siempre es la misma, ya que la puede regular a voluntad el conductor. En carreteras con curvas se nota mucho, ya que girando menos el volante se gira más. Así, la dirección eléctrica se puede regular a voluntad del conductor.

El Infiniti Q50 también dispone de un equipamiento de seguridad de primer orden, con el Safety Shield (escudo de protección) como elemento principal. Hay 17 versiones disponibles con unos precios que van de los 34.900 a los 61.120 euros.