Peugeot ya tenía un cupé, el RCZ, con el que satisfacer a los amantes de este tipo de coche. Sin embargo, la marca francesa disponía de todos los elementos técnicos y humanos para hacer un cupé de corte netamente deportivo, que supusiera un paso adelante. La salida del RCZ R es la respuesta a este deseo.

Los técnicos del departamento de Peugeot Sport han puesto todos sus conocimientos para construir este cupé que es el modelo de serie más potente de la marca en toda su historia. Sin embargo, no hay que asustarse porque esos 270 CV son muy manejables gracias al trabajo realizado en el chasis, suspensiones, frenos y dirección. En suma, es un coche para llevar sin problemas en el día a día y meterse en un circuito el fin de semana, disfrutando de todos sus recursos que no son pocos.

El motor del RCZ R tiene algunos cambios con respecto a los que montan las otras dos versiones de gasolina de la gama RCZ, el bloque reforzado mediante un tratamiento de calor antes del proceso de mecanizado, un turbo de doble entrada (‡2Twin Scroll‡1) más grande, colectores de escape diferentes y pistones de aluminio forjado refrigerados por dos chorros de aceite. Además, la unión de las bielas con el cigüeñal ha sido reforzada con polímeros para que no tener problemas por la mayor potencia del motor.

La última creación de Peugeot Sport tiene modificaciones en el bastidor para mejorar el comportamiento en carretera. Así, frente al resto de la gama RCZ, cuenta con unos amortiguadores y muelles diferentes que dejan la carrocería 10 milímetros más cerca de la carretera, discos de freno más grandes, además de contar con un diferencial de deslizamiento limitado y un alerón trasero fijo.

La versión más radical del cupé destaca por unos arcos negro mate y faros con máscara oscura Titanio. Las llantas específicas de cinco radios dobles son de 19 pulgadas y van montadas en unos neumáticos deportivos Goodyear Eagle F-1 de medidas 235/40 R19. El gran alerón fijo garantiza mayor apoyo aerodinámico al tiempo que estira la carrocería hacia atrás. Dispone de un difusor específico y dos imponentes salidas de escape cromadas y simétricas, símbolo de una línea modificada en beneficio de las prestaciones y la sonoridad. El logotipo del león y la letra R en rojo de la parrilla, que también aparece en la parte trasera, completan la firma exterior del modelo francés.

El RCZ R sigue la estela del RCZ, llevando al máximo los atributos de deportividad que se pueden encontrar en un modelo de calle. El apellido R le añade ese plus de exclusividad. Alcanza los 250 km/h, recorre de 0 a 100 en 5,9 segundos y ofrece un consumo homologado de 6,3 litros y unas emisiones de 145 gr/km de C02. La búsqueda de ligereza ha sido otra de las líneas seguidas con el desarrollo de piezas específicas. Eso ha permitido ganar 17 kilos con relación al Peugeot RCZ de 200 CV. En el interior, hay detalles específicos que lo diferencian, como los asientos de Alcántara y cuero con costuras rojas.

Como una lapa

Conducir el RCZ R es muy fácil. Si se quieren exprimir los 270 CV, el motor empuja con mucha decisión. La caja de cambios de seis marchas es de manejo suave y preciso y los frenos responden muy bien con una actuación muy efectiva. La dirección es de tacto muy suave y preciso a la vez que rápida. Todo ello va acompañado de una dinámica muy estable que hace que el coche vaya pegado al suelo como una lapa. En suma, una delicia. El precio del RCZ R es de 42.900 euros.