Cada vez son más las ayudas electrónicas que se instalan en los vehículos para conseguir una conducción más segura y eficiente. Hace unos días Opel nos brindó la oportunidad de comprobar el rendimiento de su sofisticada tracción integral, que se instala en el Opel Insignia Country Tourer, en el Insignia OPC y en el Mokka.

Bajo unas condiciones invernales de hielo y nieve y en un entorno preparado para la ocasión en tierras austriacas pudimos disfrutar y sentir como actúa la tracción 4x4 adaptándose en cada momento a las condiciones cambiantes. La electrónica se ha establecido como la forma de asegurar la distribución de potencia de la mejor manera posible.

En este sentido, la tecnología inteligente de tracción integral de Opel está continuamente unida a los sistemas de seguridad como el ABS o el ESP. Las ventajas de contar con un sistema de control de la potencia cuando es necesario son inmensas en comparación con los sistemas puramente mecánicos que aún se utilizan.

Opel ha conseguido minimizar las sacudidas en la transmisión de potencia, reducir considerablemente el consumo de combustible y aumentar el confort. Este sistema inteligente elimina casi por completo las vibraciones y actúa con una precisa distribución de potencia que reacciona en milisegundos cuando es necesario por cambios en las situaciones de conducción.

El desarrollo del complejo sistema interconectado en los modelos Opel de hoy en día ha ido emparejado a los cambios vistos en la era de la información digital. Por ejemplo, cuando fue lanzado hace 22 años al mercado el Opel Frontera, un SUV que marcó tendencias y que fue uno de los vehículos todoterreno más vendido de Europa, todavía se confiaba en un sistema de tracción total mecánico conectable.

Ahora, su nieto, el Opel Mokka, controla la distribución de potencia cuando es necesaria con bits y bytes electrónicos. Esto, por supuesto, también se aplica a los modelos Insignia 4x4, encabezados por el Country Tourer. Toda esta tecnología lo hace claramente superiores a otros sistemas de tracción integral conectable que confían en sistemas de control de la distribución de potencia puramente mecánicos cuando la rueda patina. Esto suele ocurrir con un notable retraso de tiempo, lo que tiene su impacto negativo sobre la dinámica de conducción y sobre el confort.

En España no es muy habitual encontrar situaciones de conducción invernal tan adversas como las que Opel nos planteó para esta prueba y nos sorprendió de lo que son capaces estos coches calzados con ruedas de invierno. Pudimos comprobar que es un tipo de conducción en el que hay que anticiparse a las reacciones del coche y que exige ser extremadamente fino y evitar movimientos bruscos. Es importante no abusar del pedal de freno y procurar utilizar el freno motor.

Tanto al acelerar como al frenar deberemos intentar mantener las ruedas rectas el mayor tiempo posible y ayudarnos de las inercias del coche. La información que reciben los numerosos sensores del vehículo analizan datos acerca del grado de inclinación, ángulo de giro del volante y velocidad de giro de las ruedas que permiten al sistema de tracción integral de Opel funcionar con anticipación. Es en definitiva, un sistema inteligente de tracción total que proporciona una mayor seguridad y mejor dinamismo de conducción durante todo el año sin necesidad de adquirir ningún compromiso en cuanto a su utilización diaria.