3Parece un misil trazador, pero no lo es. Jaguar F-Type S 5.0 V8 es una de esas maravillas construidas por la mano del hombre que merecería estar en los libros de historia. Y no lo digo por estar deslumbrado ante el derroche de diseño y potencia. Lo digo porque tras probarlo uno se da cuenta de que hay coches que traspasan lo físico para entrar en sintonía con lo espiritual. A nadie se le escapa que es un modelo de esos que transmiten adrenalina con solo poner las manos en su aterciopelado volante. Ilusión, pasión, fuerza y determinación afloran en cada kilómetro que cubrimos. Es como un sueño de esos que casi tocas con la punta de los dedos y que no quieres despertar.

Así nos sentimos tras sentarnos al volante de esa maravilla. El Jaguar F-Type S con el propulsor V8 de cinco litros de cilindrada y más de 500 CV de potencia ofrece unas prestaciones dinámicas que apetece probar en un circuito. Viéndolo por la calle es llamativo, espectacular. Seguramente porque está fuera de su espacio natural, las carreteras y los circuitos.

El F-Type S dispone de la agradable línea de diseño estrenada recientemente por Jaguar, regresando un poco a sus orígenes y manteniendo el estigma deportiva de las carreras. Un terreno en el que un Jaguar siempre se ha encontrado cómodo. Este es un biplaza con todas las de la ley. Mide 4,47 metros de longitud (32 cm. menos que su hermano XK) y dispone de una distancia entre ejes de 2,62 metros. El puesto de conducción está situado 20 mm. más bajo que el del XKR-S, lo que permite obtener mayores sensaciones de deportividad al volante.

El chasis monocasco es de aluminio (solo pesa 261 kilos), como la suspensión. Estéticamente mantiene la misma línea que su hermano con capota, si bien al llevarla de lona en un color distinto al de la carrocería se consigue un efecto más elegante. Dicha capota es eléctrica y se abre y se cierra en 12 segundos, accionando un botón en la consola central. Su plegado es sencillo, en forma de Z y se esconde tras los asientos. El maletero solo nos permite 198 litros. Casi no queda espacio, pero algo había que sacrificar para crear esta obra de arte.

Entre los elementos curiosos del diseño encontramos los asideros de las puertas. Son similares a los que utiliza Aston Martin. Para abrir la puerta hay que pulsar un extremo y tirar del otro que sobresale. Distinto, elegante.

El diseño del interior puede parecer austero si nos fijamos en otros Jaguar, pero al tratarse de un modelo deportivo tampoco echamos mucho de menos una decoración más selecta. El volante es achatado en su parte baja. Lleva palanca de cambio en lugar del tradicional mando redondo de los Jaguar. También disponemos de levas tras el volante para asegurarnos un plus de diversión a la hora de transitar por carreteras que animan a jugar con el cambio de ocho marchas y mantener las manos en el volante.

El equipamiento estético interior no es grande. La pantalla del navegador y algunos detalles cromados bicolor bastan para hacerlo elegante y discreto. Destaca el mando situado en la consola central que permite variar diversos parámetros, como la sensibilidad de la respuesta del acelerador, la dirección y la velocidad de paso de marcha en la caja de cambios. Incorpora el Adaptive Dynamics que modifica constantemente la dureza de la suspensión en función del tipo de conducción. También se puede variar el sonido.

Para disfrutar de todo el F-Type en su plenitud deberemos rascarnos aún más el bolsillo que esos 115.000 euros. Con el equipamiento opcional añadido que llevaba la unidad de pruebas, automatismos en su mayoría, el precio se eleva a los 132.518 euros.